“Me dijeron que en 2020 la Colecta por Tierra Santa pudo recaudar aproximadamente la mitad en comparación con años anteriores. Sin duda pesaron los largos meses en los que la gente no pudo reunirse en las iglesias para las celebraciones, pero también la crisis económica generada por la pandemia. Si por un lado esto nos hace bien, porque nos empuja a una mayor esencialidad, no nos puede dejar indiferentes, ni siquiera pensando en las calles desiertas de Jerusalén, sin peregrinos que vayan a regenerarse en la fe, pero también para expresar una solidaridad concreta con las Iglesias y las poblaciones locales. Por tanto, renuevo mi llamamiento a todos para que se redescubra la importancia de esta caridad”. Con estas palabras ha pedido el papa Francisco que se redoblen los esfuerzos para ayudar a los cristianos de las Iglesias orientales, las “piedras vivas” presentes en Tierra Santa.
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Y es que esta mañana el Papa ha recibido en audiencia a los participantes en la 94ª Asamblea de la ‘Reunión de Obras para la Ayuda a las Iglesias Orientales’ (ROACO), que se ha celebrado en Roma del 21 al 24 de junio, y en la que han estado presentes, entre otros, Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, y fr. Francesco Patton, custodio de Tierra Santa.
En cuanto a la situación en Oriente Medio, y basándose en su experiencia en Irak, Francisco ha señalado que “necesitamos encontrarnos, hacer que las palabras y los pensamientos dialoguen mejor, acoger las preguntas y el grito que vienen de muchas partes del mundo, especialmente de las Iglesias y países de Oriente Medio”.
“Cuidar las piedras vivas”
“A pesar de la pandemia”, ha subrayado el Papa, “ustedes han tenido reuniones extraordinarias durante este año, tanto para abordar la situación en Eritrea como para seguir la del Líbano, tras la terrible explosión en el puerto de Beirut el pasado 4 de agosto”. “Y en este sentido, les agradezco el compromiso de apoyar al Líbano en esta grave crisis; y os pido que recéis y os invito a hacerlo para el encuentro que tendremos el 1 de julio, junto a los Jefes de las Iglesias cristianas del país”, ha aseverado.
Finalmente, Francisco ha recordado a los presentes en la audiencia que “a veces es necesario reconstruir edificios y catedrales, también las destruidas por las guerras, pero antes que nada, es necesario cuidar las piedras vivas que están heridas y esparcidas”.