Hola, ¿cómo estás? Te doy la bienvenida al tercer episodio del podcast de Vida Nueva. Soy José Antonio y antes de comenzar quiero agradecerte sinceramente que estés escuchándome al otro lado del micrófono y permitiéndome que te acompañe en este formato que preparo con dedicación para ti.
Enseguida vamos a comenzar con el tema que ocupa la portada de la revista Vida Nueva de esta semana y que trata acerca de los indultos ofrecidos por el Gobierno de España a varias personas que se encontraban en prisión como consecuencia de la proclamación de independencia que tuvo lugar en Cataluña en 2017.
A continuación, haré un rápido repaso de las noticias que me han llamado la atención en vidanuevadigital.com durante la última semana y, para cerrar el episodio, daré paso a otras voces.
¿Qué lleva a un vecino a querer establecer una frontera que le separe de otro? ¿La lengua? ¿La economía? ¿Las creencias religiosas? ¿El modelo de organización? Ignoro desde qué parte del mundo me escuchas, pero me parece lícito preguntarse estas cuestiones allí donde los sentimientos nacionalistas dividen y enfrentan a las personas entre sí, especialmente a aquellas que comparten un territorio muy próximo.
Para entender en profundidad la cuestión del nacionalismo catalán habría que remontarse al siglo XIX, hacia la década de 1850, momento en el que se produjo la expansión de un pensamiento que perseguía la independencia de Cataluña como país separado de España. Pero no podemos realizar un análisis histórico profundo en estos pocos minutos, así que como resumen básico quédate con la idea de que desde hace más de 150 años se ha venido forjando un pensamiento de independencia en esta porción de territorio situada al noroeste de España.
Durante todo ese tiempo, diversos grupos han proclamado abiertamente la declaración de independencia, pero todas las ocasiones terminaron en reivindicaciones infructuosas desde la perspectiva administrativa porque, a día de hoy, Cataluña sigue formando parte de España.
Precisamente en esa misma dinámica, el 1 de octubre de 2017 se llevó a cabo la votación de un referéndum sobre esta cuestión, si Cataluña debía formar parte integrante del estado Español o bien debía tener una consideración de estado independiente. La organización de este referéndum se realizó forzando el marco previsto por la legalidad vigente, igual que la posterior votación en las cortes catalanas a favor de la declaración de independencia. Una de las consecuencias fue que el Gobierno Central intervino la Administración catalana amparándose en un artículo de la Constitución Española.
Posteriormente, nueve personas fueron enjuiciadas y encarceladas por diversos delitos consumados antes y durante esa declaración de independencia.
Bien, pues en ese contexto llegamos al 22 de junio. El presidente de España, Pedro Sánchez, ofrece una rueda de prensa e informa de que el Consejo de Ministros ha decidido conceder el indulto a esas nueve personas que decía hace un momento habían sido ingresadas como consecuencia derivada de la declaración de independencia de Cataluña.
La rueda de prensa apenas duró cuatro minutos y, además, los medios no tuvieron oportunidad de realizar preguntas. Aún así, ese anuncio ha sido capaz de agitar de nuevo un avispero al que nunca se termina de poner solución. El panorama social y político vuelve a estar removido en torno a la cuestión de la independencia catalana.
El anuncio de la liberación ha sido acogido de manera dispar. La oposición política la ha rechazado, el Tribunal Supremo de Justicia ha expresado dudas, el partido al que pertenece el presidente tampoco se muestra unido sobre esto. Además, los sectores favorables a la independencia tampoco lo acogen con júbilo porque lo consideran insuficiente.
Para ir cerrando la introducción, yo diría que declaraciones hechas por las personas indultadas a su salida de prisión, tampoco contribuyen a que este sea un tema del que se pueda hablar sin generar controversia.
A lo mejor te preguntas por qué esta cuestión que tiene que ver con la organización administrativa de un territorio viene como tema de portada en un semanario sobre la vida de la Iglesia. Si es así, te diré que es muy sencillo de responder. Seguro que te suena la plegaria que dice “acuérdate, Señor, de tu Iglesia, extendida por toda la Tierra”. Estoy convencido de que no te resultará complicado entender que Cataluña forma parte de toda la Tierra y que la Iglesia también está allí presente.
Es precisamente esa la razón por la que los obispos catalanes emitieron una nota de prensa pronunciándose sobre la concesión de los indultos que he resumido al comienzo. Se posiciona instando a promover el encuentro. Los obispos dicen: “Nos mostramos convencidos de la fuerza que tienen el diálogo y las medidas de gracia en todas las situaciones de conflicto”.
Pero hay que decir que las palabras de los obispos catalanes también han sido acogidas con diferente signo e intensidad. Tal como yo lo veo, hay varios posicionamientos al respecto:
1º. Quienes dicen que no se posicionan lo suficiente a favor de la unidad de España.
2º. Quienes dicen que no se posicionan lo suficiente a favor de la independencia de Cataluña.
3º. Quienes dicen que para qué dicen nada.
4º. Quienes dicen que las palabras van en la línea del pontificado de Francisco, que opta por favorecer la “cultura del encuentro”.
¿Tú en qué grupo te sitúas? Yo, personalmente, me ubico en el cuarto. Habiendo leído varias veces la encíclica Fratelli tutti, me parece que el comunicado de la Iglesia Catalana engarza perfectamente con muchas de las ideas expresadas en la encíclica. Por ejemplo, los obispos catalanes dicen “Si el diálogo es serio, capaz y abierto, y si se admite que dialogar siempre significa renunciar a las propias exigencias para encontrarse en el camino con las renuncias del otro, habrá avances”. Por su parte, el punto 232 de Fratelli tutti dice lo siguiente: “No hay punto final en la construcción de la paz social de un país, sino que es una tarea que no da tregua y que exige el compromiso de todos. Trabajo que nos pide no decaer en el esfuerzo por construir la unidad de la nación y, a pesar de los obstáculos, diferencias y distintos enfoque sobre la manera de lograr la convivencia pacífica, persistir en la lucha para favorecer la cultura del encuentro, que exige colocar en el centro de toda acción política, social y económica, a la persona humana, su altísima dignidad, y el respeto por el bien común”.
Las palabras son diferentes, pero el contenido no tanto. En ambos casos se habla de favorecer una “cultura del encuentro”, expresión que tanta importancia tiene en el pontificado de Francisco.
De todos modos, los obispos son conscientes de esta acogida diversa y expresan lo siguiente: “unos pensarán que nos hemos quedado cortos y otros que nos hemos pasado, pero nosotros estamos al servicio de los catalanes, piensen como piensen, y sobre todo, buscamos comunión entre todos”.
En la página 11 de la revista se recoge la declaración de un obispo que participó de la reunión y que a mí me gusta mucho. Dice así: “buscamos la paz y la colaboración para salir del atolladero, recapacitando y enfriando un conflicto caliente”.
En este sentido, el mismo obispo defiende la urgencia de calmar los ánimos y echa en falta que ningún político sea lo suficientemente valiente como para abandonar la ruta de la crispación y del marrullerismo parlamentario.
El capítulo sexto de ‘Fratelli Tutti’ habla precisamente sobre el diálogo. Su punto 202 comienza diciendo que la falta de diálogo implica que ninguno está preocupado por el bien común, sino por la adquisición de beneficios que otorga el poder. Más adelante dice algo muy parecido a la declaración del obispo: “Los héroes del futuro serán los que sepan romper esa lógica enfermiza y decidan sostener con respeto una palabra cargada de verdad, más allá de las conveniencias personales”.
¿Pero qué sucede? Que demasiadas personas en la clase política tratan de apropiarse de la figura eclesial que sea para presentarla al público como un apoyo a sus tesis y opiniones. Yo me uno al papa Francisco y digo que necesitamos con urgencia otra clase política, más preocupada por el bien común.
En las páginas 12 y 13 de la revista, José Beltrán firma una entrevista a Josep María Carbonell, que es decano de la Facultat de Comunicació de Banquerna, de la Universidad Ramón-Llull. Para que te ubiques un poco más, decirte que Josep María Carbonell fue en su momento diputado en Cataluña.
Leer la entrevista ha sido un verdadero placer, porque las palabras que se transcriben en la revista están llenas de concordia. Evidentemente están marcadas por su opinión personal con respecto de toda la cuestión de los indultos y la independencia, pero hay mucha empatía y razonamiento sosegado en ellas.
Por ejemplo, el señor Carbonell dice lo siguiente: “Todos en Cataluña y en España hemos tenido parte de responsabilidad para llegar a esta fractura”. Y me parece una apreciación excelente que va en la línea de lo expresado en el punto 253 de Fratelli tutti, donde podemos leer: “No se puede pretender que sólo se recuerden los sufrimientos injustos de una sola de las partes”.
Para Josep María Carbonell, la división que enfrenta a Cataluña con España es reversible y dice que se puede caminar de nuevo hacia la reconciliación porque no ha habido víctimas mortales en todo este proceso compartido.
En la entrevista también se recoge la opinión sobre esas declaraciones hechas a las puertas de la prisión, algunas de las cuales califica como de “postureo” favorable a los sectores más radicales del independentismo catalán. Josep María Carbonell está convencido de que para entender la posición de los catalanes hay que vivir en Cataluña.
Para ir cerrando el tema de portada, dos comentarios breves.
En la página 14 encontramos una explicación muy breve y concisa sobre la ley que regula en España la concesión de indultos. La firma Eugenio Gay Montalvo, que es vicepresidente emérito del Tribunal Constitucional y me quedo con la parte en la que dice que la convivencia no se construye exclusivamente sobre las reglas, sino sobre el espíritu que apela a la fraternidad, la concordia y la amistad.
Por último, la página 15 recoge un artículo de opinión escrito por Francisco Vázquez Vázquez, que ejerció como embajador de España frente a la Santa Sede hasta 2011. En su artículo se percibe claramente el malestar que le genera toda la cuestión relativa a la independencia y, en concreto, a los indultos con los que comenzábamos el episodio. He de decir que no comparto por completo su visión del asunto. Él compara la nota de los obispos catalanes con las opiniones del obispo Jose María Setién, cuyas opiniones y acciones se percibían como un apoyo al nacionalismo vasco en perjuicio de las víctimas del terrorismo armado.
Voy a terminar esta sección con algunas palabras del séptimo capítulo de Fratelli tutti, que en mi opinión deberíamos leer y releer para encontrar claves que iluminen este conflicto de separación.
El papa Francisco dice así: “Reencuentro no significa volver a un momento anterior a los conflictos. Con el tiempo todos hemos cambiado. El dolor y los enfrentamientos nos han transformado. Además, ya no hay lugar para diplomacias vacías, para disimulos, para dobles discursos, para ocultamientos, para buenos modales que esconden la realidad. Los que han estado duramente enfrentados conversan desde la verdad, clara y desnuda. Les hace falta aprender a cultivar una memoria penitencial, capaz de asumir el pasado para liberar el futuro de las propias insatisfacciones, confusiones o proyecciones” (FT 226).
Dejamos a un lado el tema de portada y vamos a hacer un rápido repaso de las noticias que más me han llamado la atención durante la última semana en vidanuevadigital.com. Recuerda que yo aquí hago nada más que un pequeño comentario; si algo te llama la atención también a ti, pásate por la web de la revista y contrasta la información. A veces también me equivoco y se me puede pasar por alto. Vamos allá.
Sábado
Comienzo el repaso con un titular que recoge las palabras de Nathalie Bequard: “La Iglesia está aprendiendo la sinodalidad”. La información recoge los ecos de la conferencia “Mujeres en la Iglesia: el desafío de la sinodalidad” y yo rescato su frase “No es fácil”. A mí me recuerda a esa moda que se implanta en una gran ciudad y que poco a poco se expande hacia zonas más pequeñas o rurales. Al comienzo de la moda, el pequeño pueblo nunca oyó hablar de ella y su vida continúa como si nada. Yo estoy convencido de que la sinodalidad no es una moda, pero aún así todavía encontramos el rechazo de quien dice: “Deja, deja, ya se cansarán”.
Domingo
Muy en la línea de lo que comentábamos sobre el tema de portada, el domingo leíamos una noticia sobre el resultado de las elecciones en el Perú. El resultado de las elecciones refleja una división de casi el 50% en la opinión del pueblo peruano sobre quién debe dirigir su nación. El cardenal Pedro Barreto, arzobispo de Huancayo, usaba palabras extraídas de la doctrina social de la Iglesia al ser preguntado sobre el nuevo presidente: “No nos debemos asustar por las diferencias, lo importante es buscar juntos el bienestar de los más vulnerables, aprender de la historia para no cometer errores y, sobre todo, garantizar que la democracia impere en nuestra patria, porque la democracia es uno de los sistemas más cercanos a la verdad”.
Lunes
Una noticia sobre España. Hay un cargo público que se denomina Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil. En vidanuevadigital.com podemos leer una noticia en la que considera insuficiente la lucha contra los abusos en el seno de la Iglesia. Afirma que “A día de hoy se sigue intentando más esconder que dar luz”.
Martes
En línea con la anterior ↓, el papa Francisco nombra al presbítero americano Andrew Small secretario de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores. Él decía que su prioridad en esa responsabilidad es “asumir la guía en la escucha de aquellos cuyas vidas han sido golpeadas y, en muchos casos, cruelmente destrozadas debido al abuso sexual. Escuchar es importante”.
Miércoles
Al hilo de lo que decía Nathalie Bequard sobre sinodalidad, un pequeño pasito en esta línea. Rafael Cob, vicepresidente de la Red Eclesial Panamazónica, ha conferido el ministerio de la Palabra y la Eucaristía a cinco servidores de las comunidades quichuas, entre los que hay dos mujeres que habitualmente se asientan en el interior de la selva amazónica ecuatoriana.
Jueves
Voy a cerrar la sección de titulares con una noticia que a más de una persona nos ha llamado la atención. Ayer jueves podíamos leer en la web de Vida Nueva que “¡Hasta Spiderman quiere ser amigo del papa!”. En la fotografía, se ve a Francisco de pie junto a una persona disfrazada del conocido héroe trepamuros. Se trataba de Mattia Villardita, el joven fundador de una asociación que se encarga de hacer sonreír a niños y niñas ingresados en hospitales italianos. Rescato esta noticia porque la imagen del papa junto a un superhéroe le pone un broche de humor al episodio, que mucho tiene que ver con lo que vamos a escuchar a continuación, en la sección de “Otras Voces”.
Entramos en la sección de “Otras Voces”.
Hoy vamos a escuchar a Trinidad Ried, que mantiene en la web de Vida Nueva un blog titulado “Contra corriente” y nos habla desde Chile. ¿Recuerdas que hace un momento hablé sobre esa imagen tan simpática de ver al pontífice charlando con Spiderman? Pues presta atención a Trinidad porque seguro que ves relación con lo que dice.
No le falta razón a Trinidad, ¿no te parece? Quizás a veces sentimos nuestra propia resistencia a la hora de bromear sobre cuestiones espirituales porque todavía acarreamos con el peso de una tradición de normas rígidas y caras largas. Tengamos la sana prudencia de no usar el humor para ridiculizar lo recibido y seguramente se nos abrirá la puerta a una experiencia de fe más sana y enriquecedora.
A este respecto, permíteme una recomendación cinematográfica. Si todavía no la has visto, echa un vistazo a la película Son of God, de 2014. Está dirigida por Christopher Spencer y tiene a Diogo Morgado en el papel de Jesús. Usando las palabras de un amigo mío, te diré que esta versión muestra a un Jesús sonriente. Una escena que me gusta mucho y que hace que se me erice el vello es la del llamado de Pedro. El pescador le pregunta: “¿Qué vamos a hacer?”. Y Jesús le responde: “Cambiar el mundo”.
Pues para ir terminando con el episodio, vamos a escuchar el comentario sobre el Evangelio de este domingo realizado por el padre Ángel Moreno de Buenafuente. Cuando Jesús baja de una barca se encuentra con un oficial de la sinagoga llamado Jairo y de camino a casa de este, siente que alguien le toca el manto.
Vamos a cerrar el programa recordando lo que el padre Ángel Moreno nos decía hace un momento: “La Ley no salva. La sinagoga se hace estéril”.
Ojalá encontremos en las enseñanzas de Jesús y en las del magisterio de la Iglesia las pistas para unificar los corazones de tantos pueblos castigados con la división.
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