El obispo de Chilpancingo-Chilapa ha logrado pacificar gran parte del estado de Guerrero a través del diálogo con grupos antagónicos del crimen organizado, excepto Iguala
El obispo de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, llamó a los fieles de la ciudad de Iguala, en el estado de Guerrero, a recuperar sus “espacios de paz, de tranquilidad, de convivencia, de salir tranquilos y seguros a la calle… ustedes tienen que ganar la ciudad, tienen que empoderarse de ella, no esconderse, el miedo no trae nada bueno”.
Así lo dijo el obispo este 24 de junio, al participar en la fiesta patronal de la iglesia de San Juan Bautista, la cual un día antes vio interrumpida una misa al registrarse en el exterior una balacera en la que perdió la vida una persona tras ser alcanzada por un grupo de hombres armados. Esta iglesia se encuentra ubicada en el centro de la ciudad.
Tras los hechos, el obispo Rangel visitó la comunidad, a la que exhortó pedir a Dios, a través de la intercesión de San Juan Bautista, que les traiga la paz y que les quite el miedo de vivir en esa ciudad.
A mediados de este mes de junio, en entrevista con Vida Nueva, el obispo de Chilpancingo-Chilapa explicó que en los últimos años la delincuencia ha disminuido considerablemente en la región, excepto en Iguala, donde cuatro grupos criminales se pelean la plaza.
“Hace 4 o 5 años, había muertes por donde quiera; aparecían cabezas encostaladas. Afortunadamente, ahorita, por lo menos mi diócesis está tranquila, excepto Iguala porque hay cuatro grupos delincuenciales que se están peleando las minas, pues de ahí están sacando recursos a través de la extorsión”.
En dicha entrevista aseguró que tuvo la oportunidad de pacificar otras zonas pero las autoridades no se prestaron. “Yo había hablado ya con gente del narcotráfico, pero las autoridades no quisieron dialogar (…) si hubiéramos unido fuerzas, tuviéramos un estado mucho mejor“.
El obispo Salvador Rangel cuestionó la actuación del gobierno “desde el nivel federal, estatal y el municipal... ¿dónde está el Ejército, dónde está la Guardia Nacional? No sé que tan cierto sea, pero me han dicho que ni siquiera el presidente municipal está aquí, que él huyó de la ciudad”.
En ese sentido, urgió al gobierno a atender ese tipo de situaciones violentas: “la defensa de la ciudad, ya que Iguala, desde hace tiempo, es una vergüenza nacional, una vergüenza internacional por todo lo que ha pasado en este lugar”.
Para el obispo Rangel, “la llaga fuerte de México y la llaga fuerte de Guerrero es Iguala”.
Recordó que hace cuatro años en Chilapa hicieron una procesión en Viernes Santo, pidieron la paz, y pidió en ese momento a las comunidades que “se rebelaran contra el crimen organizado”. Y las cosas han cambiado.