San Pedro y san Pablo “no eran admiradores, sino imitadores de Jesús; no espectadores, sino protagonistas del Evangelio. No creían en palabras, sino en hechos”. Así se ha expresado el papa Francisco antes del ángelus con motivo de la solemnidad de los santos. Desde la ventana del estudio del Palacio Apostólico, el Pontífice ha reivindicado a Pedro y Pablo ante los fieles que se congregaban en la plaza de San Pedro.
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Para Francisco, ellos provocan a todos los cristianos. “Corremos el riesgo de dar opiniones, tener grandes ideas y decir palabras bonitas, pero nunca arriesgarnos. ¡Cuántas veces decimos que nos gustaría una Iglesia más fiel al Evangelio, más cercana al pueblo, más profética y misionera, pero luego, en la práctica, no hacemos nada! Es triste ver que tantos hablan, comentan y debaten, pero pocos dan testimonio. Los testigos nos recuerdan que a Dios no se le anuncia con proclamas, sino que se le testimonia con el ejemplo”.
Asimismo, el Papa ha destacado que “Pedro no hablaba de misión, era pescador de hombres; Pablo no escribió libros cultos, pero sí cartas vividas, mientras viajaba y testificaba. Ambos gastaron su vida por el Señor y por sus hermanos”.
Jorge Mario Bergoglio ha comenzado su alocución recordando que, “en el corazón del Evangelio de hoy ( Mt 16, 13-19), el Señor hace a los discípulos una pregunta decisiva: ‘¿Quién decís que soy?’ (v. 15)”. “Esta es la pregunta crucial que Jesús nos repite hoy: ‘¿Quién soy yo para ti?’. ¿Quién soy yo para ti, que has abrazado la fe pero todavía tienes miedo de adentrarte en mi Palabra? ¿Quién soy yo para ti, que has sido cristiano durante mucho tiempo pero, cansado por la costumbre, has perdido tu primer amor? Démosle una respuesta hoy que venga del corazón”.
“¿Quién dice la gente que soy?”
Ante esta pregunta, Jesús preguntó a los discípulos otra: ‘¿Quién dice la gente que soy?’ (v. 13). “Era una encuesta para registrar las opiniones sobre él y la fama que disfrutaba, pero la fama no le interesa a Jesús. Entonces, ¿por qué hizo esa pregunta? Para subrayar una diferencia, que es la diferencia fundamental de la vida cristiana. Hay quienes se quedan con la primera pregunta, con opiniones, y hablan de Jesús; y hay quienes, en cambio, le hablan a Jesús, le dan vida, entran en relación con él, hacen el paso decisivo”, ha afirmado.
No obstante, Bergoglio ha dejado claro que Pedro y Pablo fueron testigos, pero “no siempre ejemplares, también fueron pecadores”. “Pedro negó a Jesús y Pablo persiguió a los cristianos. San Pedro podría haber dicho a los evangelistas: ‘No escriban los errores que he cometido’. Pero no, su historia sale desnuda y cruda de los Evangelios, con todas sus miserias”, ha expresado.
Por su parte, “san Pablo, en sus cartas, habla de errores y debilidades. Aquí es donde se comienza a ser testigo: desde la verdad sobre sí mismo. El Señor puede hacer grandes cosas a través de nosotros cuando nos tiene sin cuidado defender nuestra imagen, pero somos transparentes con Él y con los demás. Hoy, queridos hermanos y hermanas, el Señor nos desafía. A través de sus testigos Pedro y Pablo nos insta a dejar las máscaras, a renunciar a las medias tintas, las excusas que nos hacen tibios y mediocres”, ha concluido.
“Gracias por tu testimonio creíble, Benedicto XVI”
Al término de la oración mariana, el Papa ha recordado que este jueves 1 de julio tendrá lugar la Jornada de Oración por el Líbano, a la que ha animado a unirse a todos los fieles. Así, ha recordado que ese mismo día L’Osservatore Romano cumple 160 años: “Agradezco su creatividad y fidelidad”.
Por último, Francisco se ha detenido en el 70 aniversario de ordenación sacerdotal de Benedicto XVI. “Todo nuestro afecto, gratitud y cercanía con él, quien sostiene con su oración a la vida contemplativa desde el Vaticano. Querido hermano, padre, gracias por tu testimonio creíble, por tu mirada hacia el horizonte de Dios”, ha subrayado.