La 79ª Asamblea General de la entidad caritativa de la Iglesia ha aprobado el 5º Plan Estratégico que marca el camino de la entidad para los próximos tres años
Responsables de las 70 Cáritas Diocesanas han aprobado el pasado viernes, 25 de junio, en la 79ª Asamblea General de Cáritas Española, el 5º Plan Estratégico de la entidad. Un documento que tratará de responder los próximos tres años a la crisis abierta por el coronavirus. “Somos conscientes de la exigencia organizativa que supondrá orientar nuestros modelos de trabajo a estos nuevos escenarios de exclusión social en los que, además, persisten antiguos desequilibrios estructurales y ‘viejas’ pobrezas”, apuntan en la declaración final. Vida Nueva repasa las prioridades que marcarán la agenda de la entidad.
Uno de los retos de la Cáritas del futuro, que en breve celebrará sus 75 años en España, es “incorporar la mirada de derechos y la participación plena de las personas que acompañamos en España y en las comunidades de los países del Sur”. Una línea de trabajo que alcanza a los múltiples campos en los que trabaja la entidad eclesial. Además, se recoge en la declaración final de la asamblea, como sociedad “estamos ante la tarea ilusionante de construir un futuro inspirado en una participación auténticamente fraterna y ciudadana donde tengan pleno acceso todos los prójimos olvidados de la sociedad excluida”.
Un foco de atención para Cáritas es “apostar, a la luz de Laudato si’, por la vida en todas sus etapas, por la ecología integral y el cuidado de la Creación y de las personas para escuchar el grito de la tierra y de los pobres”. Esta visión integral del cuidado se basa en la experiencia de Cáritas.
Por ello, en la declaración de la asamblea se constata que “a través de nuestra red de acogida y del acompañamiento dentro y fuera de España, conocemos el alcance del deterioro social que está afectado con mayor rigor a las personas y comunidades más vulnerables que participan en nuestras acciones. Y sabemos que son muchos los lugares de nuestra sociedad global donde se hacen esfuerzos admirables para proteger a las personas y a las familias de las zozobras que afrontan los vulnerables y más empobrecidos”.
“Actualizar el modelo de acompañamiento para abordar la brecha digital agudizada durante la pandemia y que afecta tanto al acceso de los participantes a sus derechos como en los propios agentes de Cáritas” es el tercer foco que orientará los planes de Cáritas en el siguiente trienio. Una nueva urgencia que la institución valora “desde nuestra misión en las fronteras donde muerde la exclusión social y una pobreza cuyas condiciones están empujando a miles de familias a situaciones intolerables de precariedad”.
La cuarta prioridad del plan de Cáritas es “fortalecer la Dimensión Universal de la Caridad, a través de la respuesta solidaria del conjunto de la Confederación internacional con el acompañamiento en derechos a las personas en movilidad durante todo el itinerario migratorio”.
La asamblea ha invitado a “recrear en los próximos años nuestras relaciones para poder sostenernos y relacionarnos de una forma nueva, atendiendo a la propuesta del papa Francisco de recuperar la amabilidad en nuestra mirada y en nuestros gestos, en la forma de escuchar y acoger a los demás”. Algo necesario cuando “surgen irresponsables intentos de utilizar el descontento ciudadano provocado por esta profunda crisis social, económica y sanitaria para estimular la polarización social y convertir en objetivos del discurso del odio a quienes piensan distinto, viven de manera diferente o profesan otra religión.”
La entidad se ha propuesto “avanzar en la sostenibilidad de la institución, desde una triple perspectiva: la de las personas, resaltando la necesidad de estimular la incorporación del voluntariado joven; la económica, para diversificar las fuentes de financiación de acuerdo con la identidad de Cáritas; y la organizativa, a fin de avanzar en la mejora de la innovación, el aprendizaje y la adaptación a la transformación digital”.
Una línea estratégica que surge también del “reconocimiento y gratitud a todos los que contribuyen al trabajo de Cáritas”, según se recoge en la declaración. “El largo y arduo camino de los próximos años podrá ser llevadero gracias al aliento del Espíritu y la esperanza que aportan la solidaridad y compromiso de todas las voluntades que nos acompañan”, sentencian.