El párroco de la localidad asegura que la gente está cansada del crimen organizado y de que el Ejército no haga nada para solucionar los problemas que sufren, entre ellos, la falta de luz
El párroco del municipio de Aguililla, Gilberto Vergara, dio a conocer la situación que prevalece en ese municipio del estado de Michoacán, a dos meses de la visita del nuncio apostólico, Franco Coppola, cuyo objetivo fue llevar un mensaje de paz a esta región, afectada por la presencia de grupos antagónicos del crimen organizado.
El sacerdote Vergara, quien pertenece a la Diócesis de Apatzingán, manifestó que “las cosas no han mejorado para nada; al contrario, se han ido para atrás porque esa aparente seguridad que nos dio el gobierno un tiempo (tras la visita del representante del papa Francisco), ya la retiró… la visita del nuncio nos dio esperanza, pero el gobierno no ha actuado como debe”.
En entrevista para Vida Nueva, describió que actualmente los caminos están bloqueados por el grupo armado de los Viagras: “nos bloquean los caminos y ahora nos cortan la luz”.
Explicó que ya es el segundo fin de semana que el pueblo se queda sin luz: la semana pasada fue viernes, sábado y domingo; y hasta el lunes se restableció. Ahora nuevamente, desde el viernes 25 hasta este lunes 28, varias comunidades siguen sin energía eléctrica.
El padre Gilberto Vergara comentó que los pobladores siguen saliendo de Aguililla porque la situación va de mal en peor, aunque en estos últimos días, prácticamente nadie ha podido dejar el pueblo.
Y es que –explica– no es por ganas, sino “porque ahora estamos incomunicados, no podemos salir por ningún lado; por el lado de la sierra, el tiempo está mal, el huracán que está pegando dificulta cualquier salida, y por el frente, por la carretera, están los grupos y no nos dejan pasar”.
Consideró que el gobierno está pecando de omisión “pues no ha sabido solucionar nada; de hecho, el gobierno estatal estuvo abriendo la carretera a medias, pero desde hace un mes se fueron y jamás han vuelto, ya nadie ha vuelto, el Ejército no hace nada porque no sé si no les toque o no se animen, la situación va de peor”.
Por si fuera poco, la situación se torna cada vez más tensa: el pasado 26 de junio hubo un levantamiento del pueblo contra el cuartel del Ejército porque exigen que se les solucione su situación.
“Primero había un diálogo para pedirle a los soldados que hicieran algo, que destaparan la carretera, que regresaran la luz, pero la cosa salió de control, y el diálogo acabó; les estrellaron un camión a la puerta del cuartel y aquéllos respondieron con gas lacrimógeno y con balas de goma, y algunas parece ser que balas verdaderas; hubo dos personas heridas aunque no de gravedad, pero bueno la cosa está así y la gente sigue afuera del cuartel exigiéndole a los soldados que, si no hacen algo, que se retiren del pueblo que no los quieren; estamos en una situación muy tensa”.