Francisco ha homenajeado a su conductor Renzo, que hoy se jubila tras años de servicio en el Vaticano
“San Pablo escribe a los cristianos de Galacia con la preocupación de un padre, consciente de que están en conflicto sobre el modo de vivir la fe. Para ayudarlos, el Apóstol, profundo conocedor del misterio de Cristo, no se queda en la superficie sino que va a lo esencial: les recuerda sus orígenes, cuando recibieron el Evangelio por medio de su predicación y conocieron al Señor, el único que da la vida verdadera”. Así ha comenzado el papa Francisco hoy su alocución en la audiencia general en la que continuaba explicando la Carta a los Gálatas.
Según ha señalado el Pontífice, “Pablo también les comparte su propio testimonio, recordando la historia de su vocación y de su conversión. Quiere dejar en claro que Dios no lo llamó porque él lo mereciera, sino por pura gratuidad y misericordia”. “El Apóstol también describe con elocuencia el contraste de su vida, en la que pasó de ser perseguidor de los cristianos a convertirse en discípulo de Jesucristo. Dios lo llamó por medio de su gracia y le reveló a su Hijo, dándole la misión de anunciarlo a todas las gentes”, ha añadido.
Como ha indicado Jorge Mario Bergoglio, “al final de la Carta se explicita que el núcleo de la discusión entre los gálatas era la circuncisión, es decir, la principal tradición judía. Pero Pablo ahonda más en la cuestión, porque se da cuenta que lo que verdaderamente está en juego no es un asunto secundario, sino la verdad del Evangelio y la libertad de los cristianos”. Y ha añadido: “El Apóstol nos enseña también a nosotros a ‘volar alto’ y nos indica cómo comportarnos cuando surgen problemas en la comunidad eclesial”.
En su saludo a los fieles presentes en el patio de San Dámaso del Palacio Apostólico, el Papa ha instado a pedir al Señor que “nos ayude a tener presente su paso en nuestra vida y a responder con disponibilidad y confianza a la vocación recibida, sabiendo que es Él mismo quien que nos llama, nos sostiene con su gracia y nos envía a los hermanos”.
Antes de despedirse, Francisco ha homenajeado a su conductor Renzo, que hoy se jubila tras años de servicio en el Vaticano. Aprovechando la ocasión, Bergoglio ha recoonocido el trabajo que tantos laicos hacen en la Santa Sede.