El pasado 10 de junio se anunciaba que una delegación de pueblos indígenas se reuniría con el papa Francisco en el Vaticano tras el escandaloso hallazgo de cientos de tumbas de niños indígenas en internados católicos del país. Hoy, la Conferencia Episcopal de Canadá ha anunciado la fecha de este “significativo encuentro de diálogo y sanación”: del 17 al 20 de diciembre de este año, “de acuerdo con las restricciones de viaje globales”.
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“El papa Francisco está profundamente decidido a escuchar directamente a los Pueblos Indígenas, expresando su más sincera cercanía, abordando el impacto de la colonización y el papel de la Iglesia en el sistema escolar residencial, con la esperanza de responder al sufrimiento de los Pueblos Indígenas y los efectos continuos de la trauma intergeneracional”, han explicado los obispos en un comunicado.
Asimismo, los prelados han mostrado su “profundo agradecimiento” ante el “espíritu de apertura del Santo Padre al extender generosamente una invitación para encuentros personales con cada uno de los tres grupos distintos de delegados –Primeras Naciones, Métis e Inuit– así como una audiencia final con todos los delegados juntos en 20 de diciembre de 2021″.
Genocidio cultural
La visita incluirá la participación de un grupo diverso de ancianos “guardianes del conocimiento”, así como sobrevivientes de estos orfanatos y jóvenes de todo el país, acompañados por un pequeño grupo de obispos y líderes indígenas. “La planificación de la delegación está en curso y se anunciarán más detalles cuando estén disponibles”, apuntan los obispos. “Reafirmamos nuestra sincera esperanza de que estos próximos encuentros conduzcan a un futuro compartido de paz y armonía entre los pueblos indígenas y la Iglesia católica en Canadá”, concluye la Conferencia Episcopal.
“Sigo con dolor las noticias sobre el espantoso descubrimiento. Me uno a los obispos canadienses y a toda la Iglesia católica para expresar mi cercanía al pueblo canadiense, que ha quedado traumatizado. Estos tiempos difíciles son una fuerte llamada para que todos nos alejemos del modelo colonizador y caminemos juntos en el diálogo, el respeto mutuo y el reconocimiento de los derechos y valores culturales de todas las hijas e hijos de Canadá”, decía el Papa en el ángelus del 6 de junio.
Y es que, apenas unos días antes se habían encontrado los restos de 215 escolares indígenas enterrados en un internado católico de Kamloops. Tras el terrible descubrimiento, a mediados de junio la comunidad Cowessess informaba del “horrible y chocante” hallazgo de 751 nuevas tumbas en las excavaciones del antiguo internado católico para niños indígenas de Marieval, en el oeste de Canadá, las cuales habían comenzado tras el primer descubrimiento.
Se calcula que unos 150.000 niños amerindios, mestizos y enuit fueron reclutados por la fuerza hasta la década de 1990 en 139 escuelas –mayoritariamente a cargo de congregaciones– donde quedaban aislados de sus familias. Como apuntan las mismas estimaciones, más de 4.000 murieron además de ser maltratados y abusados sexualmente, según una investigación la de la Comisión para la Verdad y la Reconciliación de Canadá que, en 2015, concluyó que Canadá cometió un “genocidio cultural”.