Sigue en Italia el revuelo y el cruce de acusaciones tras el envío del secretario para las Relaciones con los Estados, el arzobispo Paul Richard Gallagher, de una ‘nota verbal’ en la embajada de Italia ante la Santa Sede pidiendo “que se tengan en cuenta nuestras preocupaciones” en lo referente al polémico proyecto de ley contra la homofobia y la transfobia que se está tramitando en el Parlamento italiano.
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Errores por las dos partes
En el debate ha entrado el arzobispo Vincenzo Paglia, presidente de la Pontificio Academia para la Vida, ha asegurado en el evento ‘Be Pop’ de Roma que dicha nota “no debería haberse escrito”. Y es que la ley busca combatir el odio y la violencia ante “un problema que existe y que debe ser combatido ya que saca a la luz un problema que debe ser afrontado”, ha asegurado. Para el prelado “en el ordenamiento jurídico italiano tienen todas las herramientas para combatir todo tipo de discriminación”, aunque entiende que “ante alguna urgencia” se pueda completar algún elemento de la legislación.
En este sentido cree Paglia que hay “errores por las dos partes”, refiriéndose a las dos orillas del Tíber. Achaca al parlamento de que “señala un problema pero no ayuda a resolverlo, es un bonito manifiesto que debe traducirse en un lenguaje legislativo” que, opina, no contribuye a poner remedio a esas situaciones de odio. Si a los políticos los acusa de quedarse en buenas intenciones, a la diplomacia vaticana le recuerda, tajantemente, que no procedía la nota ya que no afecta al concordato. En este sentido ha recordado que él había animado a hacer una reflexión conjunta para que esta ley no se quede en una declaración “superficial” sobre un problema importante como es la homofobia.
