El Secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, visita estos días Alemania –oficialmente para conmemorar el centenario de las relaciones diplomáticas entre Alemania y la Santa Sede– en medio de las tensiones que el Camino Sinodal está generando en los pasillos de la Curia Romana. El purpurado comenzó este pasado martes, 29 de junio, saludando al presidente federal Frank-Walter Steinmeier y a la canciller Angela Merkel. También pudo reunirse con los responsables de los organismos de ayuda de la Iglesia.
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Volver a la unidad
Antes, en la tarde , en la basílica de san Juan, rodeado del nuncio y de la cúpula de la Conferencia Episcopal, presidió la eucaristía en la solemnidad de san Pedro y san Pablo. En la homilía, destacando a los mártires romanos, recalcó que “es importante volver a una unidad que no depende de estar de acuerdo con visiones y orientaciones comunes, como es habitual en la política, sino del arraigo teológico-espiritual en Dios”.
Parolin pidió que “se valorara a la Iglesia en el auténtico sentido católico como comunidad universal de salvación”, según recoge en un comunicado la Conferencia Episcopal Alemana. “Es el deseo del Señor que no sólo le sigamos en su camino, sino que caminemos juntos, en un sínodo, según el significado literal del término, superando la tentación de que la unión se reduzca sólo a una parte particular, por muy relevante y significativa que sea”, recalcó.
El Secretario de Estado también conmemoró la reunificación de Alemania y visitó la Puerta de Brandeburgo. “Tras la caída del Muro de Berlín, signo del derrumbe del sistema comunista en Europa, la ciudad fue capaz de reunirse y dar un importante impulso en el proceso de unidad nacional y unificación internacional”, destacó.
