El presidente de la Conferencia Episcopal Española ha presidido la misa en Córdoba en el marco del III Congreso Internacional Avilista
La diócesis de Córdoba ha celebrado el 75 aniversario de la proclamación de San Juan de Ávila como patrono del Clero Secular Español con un Congreso Internacional que ha reunido durante cuatro días a expertos en la vida y obra del Santo Maestro. El Congreso ha alcanzado su fin con la celebración de la eucaristía en la Basílica de Montilla presidida por el cardenal arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella.
La celebración ha comenzado con el saludo del obispo de Córdoba a los presentes, entre los que se encontraban el obispo auxiliar de Madrid, Mons. Jesús Vidal; el obispo de Málaga, Mons. Jesús Catalá; y el arzobispo de Sevilla, Mons. José Ángel Sáiz. Seguidamente, el rector de la Basílica, José Félix Jurado, ha dado lectura a una carta del Papa Francisco llegada desde Roma para el Congreso. El Santo Padre se ha dirigido de manera especial al Obispo y a los participantes del mismo, a quienes ha animado a “reflexionar sobre la figura de San Juan de Ávila y su fecundo ministerio para encontrar en él luz e inspiración en nuestras vidas”. Asimismo, ha pedido a todos seguir el ejemplo del Santo para identificarse con Jesús Buen Pastor y para salir al encuentro de los más pobres.
Con las palabras del Pontífice ha dado comienzo la celebración en la que Omella ha recordado que “todos estamos llamados a la santidad”, como San Juan de Ávila quien su espiritualidad y sus escritos “son una luz que iluminan nuestra vida”.
El Cardenal ha querido resaltar en su homilía cinco facetas del Santo Doctor. Por un lado, que fue una persona tocada por el amor de Dios, “se sentía profundamente amado por Dios y vivió su vida entregado a un encuentro gozoso con Él”. “San Juan de Ávila nos encomendó que orásemos todo el día y que tuviéramos una relación con Dios como la amigos de siempre”, ha explicado.
Por otro lado, ha puesto de manifiesto que fue un modelo de caridad pastoral, un hombre de oración y un pobre que sirvió a los pobres. “Durante toda su vida trató de tener los mismos sentimientos que Cristo Buen Pastor, su vida fue un reflejo del Amor del Padre, una persona que amaba a los demás y que se preocupaba por las necesidades de todas las personas que Dios había puesto en su camino, hasta tal punto, que ya no era suyo, sino de los que lo necesitaban”, ha recordado. Asimismo, ha instado a los presbíteros a seguir la enseñanza del Maestro y continuar dando testimonio de Jesucristo con la verdad, “pese a las acusaciones o momentos de dificultad que viva la Iglesia”.
Al igual que hacía el doctor de la Iglesia universal, el cardenal ha animado a los fieles a sustentarse en la oración: “nuestro Santo cree que nuestra tarea solo dará fruto si potenciamos la oración y dejamos que nos transforme”. Asimismo, ha pedido a todos “vivir una caridad permanente como San Juan de Ávila, quien en su predicación y en su vida, atendía a todos como un ‘mendigo ante Dios’, con corazón humilde y sintiendo a los pobres como hermanos”.
Finalmente, ha definido al Maestro como “un sacerdote enamorado de la eucaristía” y ha pedido a Dios que, por intercesión de Juan de Ávila, se fortalezca nuestra fe y nos anime a ser testigos de la buena nueva del Evangelio. “Que el Señor nos conceda vocaciones al ministerio, pero que sean santos como San Juan de Ávila”.
El Teatro Garnelo ha acogido posteriormente la charla de clausura del Congreso impartida por Mons. Juan Esquerda Bifet. “Claves de la espiritualidad sacerdotal desde San José al estilo de San Juan de Ávila” ha sido el título de la conferencia en la que el ponente ha resaltado la importancia del ministerio y la “paternidad sacerdotal”.
En el aspecto esponsal de San José, ha recordado a través de la Carta 208 de San Juan de Ávila, “el amor del sacerdote a la Iglesia esposa de Cristo” y ha recordado que, como decía el Santo, “los sacerdotes son los ojos de la Iglesia, cuyo oficio es llorar los males todos que vienen al cuerpo”.
“San Juan de Ávila explica el tema de la ‘paternidad sacerdotal’, en su Tratado del sacerdocio afirmando que conviene al cura tener verdadero amor a nuestro Señor Jesucristo, el cual le cause un tan ferviente celo, que le coma el corazón… teniendo para con Dios corazón de hijo leal, y para con sus parroquianos, de verdadero padre y verdadera madre”, ha disertado.
Teniendo presente la actualidad de las enseñanzas del Maestro Ávila y recordando la carta apostólica ‘Patris Corde’, Esquerda ha comentado que “la Iglesia de hoy necesita padres santos”, sacerdotes y consagrados formados que aspiren a la santidad como el Santo Doctor.