Celestino Aós: “El misionero no es un propagandista ni un líder social”

El cardenal arzobispo de Santiago de Chile ha participado en la Semana Española de Misionología de Burgos

Celestino Aós: “El misionero no es un propagandista ni un líder social”

“La gracia de la fe es algo que tenemos que querer compartir con otros: Jesús es lo mejor que me ha pasado, y quiero que a ti también te pase”, así lo ha explicado el cardenal arzobispo de Santiago de Chile, Celestino Aós Braco, durante su participación hoy en la Semana Española de Misionología de Burgos. Por ello, ha remarcado que “el misionero no es un propagandista ni un líder social, sino un testigo”.



“Todo bautizado es enviado, es misionero”, ha continuado el purpurado, aseverando que “hay que desarrollar en los fieles ese sentido, ayudarles a reconocer la unidad de su existencia”. Y es que “la conciencia de ser enviado saca al cristiano de sí mismo, y, como la misión es ser testigo de Jesús, la misión es servicio”.

La conferencia del cardenal ha versado sobre la relación entre laicidad y misión. En ella, Aós ha subrayado que “la laicidad es uno de los rasgos característicos de la situación espiritual de nuestro mundo”. Incluso en en América Latina, aunque esta esté “compuesta por culturas muy diferentes entre sí”. Asimismo, ha subrayado que existen dos laicidades bien diferenciadas: una positiva, que significa “la separación de la religión y el Estado”; y otra que no lo es tanto, ya que “se opone a la religión” y a sus expresiones.

Una Iglesia “socialmente desprestigiada”

Sin embargo, en este contexto en el que “muchos quieren que escondamos nuestra fe y religión en las sacristías, la Iglesia nos pide no quedarnos observando en el balcón, ser protagonistas de nuestro mundo”. Por ello, el cardenal ha señalado que, en estas sociedades cada vez más diversas, “una situación de pluralismo puede ser el mejor medio para vivir la fe de un modo personal”.

“En el contexto actual”, ha apuntado Aós, hay que “ser cristianos en una Iglesia socialmente desprestigiada, en la que se repite constantemente que la Iglesia ha perdido su fuerza, que ya no tiene autoridad moral”. Y es que, “escándalos como los abusos pueden llevar a muchos a la increencia”, si bien para el purpurado “el falso testimonio de los creyentes no puede llevar al ateísmo de nadie”.

Por otra parte, Aós ha denunciado que “algunos responsables de la vida pública pretenden la desaparición del cristianismo del ámbito social”, así como que, desde determinados sectores, “se presenta una visión negativa de la historia y se resaltan errores de antaño, como Galileo, etc.”.

Más allá del ateísmo

Además, ha apuntado que, además del ateísmo o el agnosticismo, existen tanto “aquellos que se dicen católicos pero cuyos actos van contra el evangelio y las enseñanzas de la Iglesia”, como quienes “se dicen creyentes pero no practicantes”. “También hay cristianos incómodos con la Iglesia o con la misma fe”, ha señalado, considerando que esto puede ser “un signo saludable igual que lo es que el cuerpo tenga frío o calor”.

En definitiva, para el cardenal estamos ante “un tiempo hermoso para no dormirse, sino para estar vigilantes y en cambio”. Pero también en un tiempo en el que “se corre el peligro de querer cambiarlo todo, sin valorar lo bello y hermoso que hay en nuestra Iglesia y la sociedad”. Por todo ello, ha animado a “estar dispuestos a dialogar con la increencia, con nuestros hermanos no creyentes”.

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