El subsecretario del Sínodo de los Obispos participa en una mesa redonda sobre ‘Iglesia Sinodal y Vida Contemplativa’
“El proceso sinodal es un ‘kairós’, un tiempo de Dios para la vida de la Iglesia, una oportunidad de gracia que nos implica a todos”. Con estas palabras abrió su intervención el agustino Luis Marín de San Martín, subsecretario del Sínodo de los Obispos, en una mesa redonda organizada por ‘Católicos en Red’ sobre ‘Iglesia Sinodal y Vida Contemplativa’. Un encuentro virtual en el que compartió cartel con la superiora del Monasterio Cisterciense de Alloz (Navarra), M. Pilar Germán.
El obispo espera que este proceso del espíritu provoque en con cristianos “una respuesta llena de entusiasmo”. Y es que, ha destacado, la “sinodalidad” es un aspecto que pertenece a lo “esencial de la Iglesia”; algo que se concretará de forma más elocuente con este nuevo proceso de cara al próximo Sínodo de los Obispos de 2023. Un proceso que comenzará en todas la diócesis en otoño y que busca “la implicación de todo el Pueblo de Dios” frente a la clericalización.
En este proceso, Marín destacó tres decisiones urgentes: “asumir, de una vez por todas, en la práctica la eclesiología de comunión”; “ponernos a la escucha, en disponibilidad para dejarnos guiar por el espíritu”; y “potenciar la corresponsabilidad propia de los cristianos” cada uno desde personalidad y misión. En concreto, en dicho encuentro el subsecretario invitó a la participación de la vida consagrada insertándose en el discernimiento de las diócesis, en las estructuras nacionales propias y en a través de la propia orden.
Entre los retos del sínodo ha invita a huir de las tentaciones de la “uniformidad”, el “endiosamiento” y la “falsa tranquilidad”. Por eso ha reclamado la “participación de los márgenes” para que nadie quede excluido y surja la auténtica “reforma”.