Recientemente, la Diócesis de Zacatecas puso en marcha el centro de rehabilitación ‘Psicolaborando la Divina Voluntad’, que atiende a personas de entre 10 y 17 años, a quienes les brinda atención psicológica, médica y espiritual.
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De acuerdo con información publicada en el periódico diocesano “Sembrando”, este centro es una respuesta de la Iglesia zacatecana al incremento de adicciones en niños y jóvenes, que no solamente tienen que ver con las drogas, el tabaco y el alcohol, sino ahora también con los medios de comunicación y los videojuegos.
El 31 de mayo de este año, el obispo Sigifredo Noriega Barceló bendijo las instalaciones de “Psicolaborando la Divina Voluntad”, ante la presencia del gobernador Alejandro Tello Cristerna. Y es que, de acuerdo con dicho centro, entre 2007 y 2018 murieron en México 38 mil 50 personas a causa de algún tipo de adicción.
Atención integral
El centro se encuentra ubicado en la carretera Zacatecas-Morelos; cuenta con una superficie es de 700 metros cuadrados y otros 100 metros de espacios abiertos para el deporte. Está a cargo del presbítero José Luis Corona Romero.
Entre las actividades que se ofrecen a los pacientes está el cultivo en huerto, la atención de animales de traspatio, así como cursos de pastelería y pizzas; “la idea es que sea un centro autosustentable que brinde herramientas de trabajo para su incorporación a la vida productiva”.
La estancia para los pacientes de “Psicolaborando la Divina Voluntad” es de nueve meses, en los que se atienden tres pilares fundamentales: trabajo, atención psicológica y médica y espiritualidad; y para la parte espiritual se cuenta con una capilla”, explica el padre Corona Romero.
Una respuesta a una Iglesia en salida
Actualmente el centro tiene capacidad para albergar a 20 personas de tiempo completo, quienes son atendidas por personal calificado, “con alto espíritu de servicio y también por la participación activa de sus familiares para el logro eficaz de su integración a la sociedad”.
Para la alimentación se reciben donaciones de comida preparada por bienhechores.
El proyecto nace como una inquietud del tercer sínodo diocesano que busca responder a una Iglesia en salida y en respuesta a la participación de muchos jóvenes que buscan un cambio en la sociedad.
El proceso de rehabilitación que se maneja en este centro consta de cinco etapas: la primera de pre ingreso; la segunda consiste en un encuentro consigo mismo y con Dios, la tercera en la toma de conciencia de su problemática; la cuarta en un desprendimiento gradual y reintegro a la sociedad y a su familia; y la quinta etapa: salida y seguimiento.