Hoy vamos a sumergirnos en el contenido de un informe a propósito de las terapias usadas por algunos grupos que se hacen llamar católicos con las que pretenden curar la homosexualidad. Se trata de un tema controvertido, especialmente en el seno de la Iglesia.
Ya sabes que comenzamos todos los episodios con el editorial de José Beltrán, director de Vida Nueva. El de esta semana condensa muy bien todo lo que vamos a desgranar en el episodio, sobre todo en la última parte, porque me parece de una sintonía tremenda con el pontificado de Francisco.
Terminaremos el episodio con la sección de Otras Voces y con un comentario al Evangelio de esta semana.
Investigando sobre esta cuestión para preparar el episodio, leía que hay seis países en el mundo en los que es legal aplicar la pena de muerte por mantener relaciones sexuales consentidas con personas del mismo sexo. En Brunei, Irán, Mauritania, algunas regiones de Nigeria, en Arabia Saudita y en Yemen puedes ser ejecutado por esta cuestión. Además, hay otros cinco en los que puede ser impuesta: Afganistán, Pakistán, Qatar, casi toda Somalia y los Emiratos Árabes Unidos.
Yo, como varón heterosexual, me pregunto sobre el trato que recibe cualquier persona con una orientación diferente y me planteo dónde está esa línea que separa lo que está bien de lo que se considera malo.
¿Es malo hacer chistes sobre la condición u orientación sexual de las personas? ¿Cuchichear sobre sus prácticas íntimas? ¿Señalar? ¿Ningunear o discriminar? ¿Agredir verbal o físicamente? ¿Criminalizar? ¿Matar? ¿Cuál es el límite?
Creo que es muy importante que como seguidores de Jesús de Nazaret nos planteemos muy seriamente dónde trazamos la línea que no debemos cruzar, y es precisamente ese el trasfondo del tema de la portada de esta semana.
En el mundo hay varias organizaciones que ofertan un camino de curación de la homosexualidad, a la que consideran como una enfermedad, una condición negativa o incluso una posesión demoníaca. En el caso de España, por ejemplo, “Verdad y Libertad” viene ofreciendo desde 2013 itinerarios con la intención de restaurar las heridas causadas por la atracción hacia personas del mismo sexo.
Un grave problema que tendremos que aprender a resolver como Iglesia reside en que muchas de las organizaciones que ofrecen este tipo de terapias se llaman a sí mismas cristianas o hasta católicas.
Esta semana no voy a hacer un repaso histórico de contexto porque creo que la información que aporta la revista es suficiente para tener una visión de conjunto. Si acaso aportaré algunos datos cuando crea que son relevantes.
El 11 de junio de 2021 el cardenal Lazzaro You Heung-sik fue nombrado prefecto de la congregación para el Clero, en sustitución de Beniamino Stella que llevaba en esa responsabilidad desde septiembre de 2013. La congregación para el Clero se encarga de varias tareas. En concreto, se articula en cuatro secciones, que son: Clero, Seminarios, Administrativa y Dispensas. La sección primera, la que se refiere al clero, recoge, sugiere y promueve iniciativas para la santidad y la actualización intelectual y pastoral del Clero, así como para su formación permanente. En esencia, indica a los obispos del mundo cuáles son las directrices que deberían seguir los presbíteros a su cargo.
Una de las últimas decisiones del cardenal Stella fue que la Congregación para el Clero instara a los obispos españoles a que informen en sus diócesis de que Roma no respalda las terapias de conversión y reparación que mencionábamos hace un momento. Esto sucedió en la asamblea plenaria número 117 de la Conferencia Episcopal Española. A propósito de la entidad que decíamos antes, “Verdad y Libertad”, los obispos animan a quien se considere afectado o víctima a que denuncie por la vía civil.
¿En qué consisten estos itinerarios de curación de la homosexualidad? Al parecer están dirigidos sobre todo a varones, a quienes les son recetados medicamentos, se les somete a falsas terapias de abrazos o se les obliga a bañarse desnudos en la misma piscina que otras personas del mismo sexo. Además, deben recitar una serie de letanías de masculinidad frente al espejo.
Según leo en la página 10 de Vida Nueva, algunos obispos habrían colaborado en retiros y actividades relacionadas con la curación de la homosexualidad. El documento de Roma pedía que se investigue este apoyo manifiesto por algunos sectores del clero. Incluso se habla de que algún obispo habría experimentado en su propia persona ese camino de sanación y difundiría su testimonio en diversos foros.
En la Conferencia Episcopal Española hay actualmente 110 obispos si contamos también a los eméritos. De todos ellos, unos diez afirmaban que era necesario apoyar tal itinerario de conversión. Según se menciona en la revista, algún que otro obispo incluso llegó a negar que fuera verdad lo que decía el informe.
La página 11 rescata el testimonio de un afectado que dice que menos gente caería en estas garras si desde la Iglesia acompañáramos verdaderamente de forma integral la afectividad, tanto de los curas como de los seglares.
El itinerario al que hace mención el informe de Roma habla de 270 días siendo sometido a un control exhaustivo y directo del mentor, además de un seguimiento colectivo. Además de “Verdad y Libertad”, en el mundo existen otras muchas entidades similares, como por ejemplo “Courage”, con sede en Connecticut, Estados Unidos. Y uno de los principales problemas es que se suelen presentar como asociaciones o entidades vinculadas a la Iglesia Católica.
Uno de los puntos fuertes del informe está en que se explicita que la Iglesia Católica no apoya este tipo de prácticas, muy en consonancia con la carta que el papa Francisco envió a James Martin apoyándole en su apostolado LGTBI.
Pero el problema en una institución tan antigua como la Iglesia Católica es que a lo largo de los siglos hemos ido expresando y reformulando ideas y a demasiadas les hemos otorgado la categoría de verdad absoluta.
Yo, particularmente, aplaudo la iniciativa de Francisco al apoyar públicamente la labor pastoral del presbítero James Martin, pero también hay que tener en cuenta que en 1986, Joseph Ratzinger firmaba un documento que decía lo siguiente: “Optar por una actividad sexual con una persona del mismo sexo equivale a anular el rico simbolismo y el significado, para no hablar de los fines, del designio del Creador en relación con la realidad sexual. La actividad homosexual no expresa una unión complementaria, capaz de transmitir la vida, y por lo tanto contradice la vocación a una existencia vivida en esa forma de auto-donación que, según el Evangelio, es la esencia misma de la vida cristiana. Esto no significa que las personas homosexuales no sean a menudo generosas y no se donen a sí mismas, pero cuando se empeñan en una actividad homosexual refuerzan dentro de ellas una inclinación sexual desordenada, en sí misma caracterizada por la auto-complacencia.
Como sucede en cualquier otro desorden moral, la actividad homosexual impide la propia realización y felicidad porque es contraria a la sabiduría creadora de Dios. La Iglesia, cuando rechaza las doctrinas erróneas en relación con la homosexualidad, no limita sino que más bien defiende la libertad y la dignidad de la persona, entendidas de modo realístico y auténtico”. Se trata de un documento fechado en octubre del 86, cuando Ratzinger era todavía prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
En la página 13 también vemos el documento de 2005 de la Congregación para la Educación Católica, que es utilizado con demasiada frecuencia para justificar algunas actitudes de odio hacia las personas LGTBI.
Sobre esta cuestión, las páginas 14 y 15 recogen una entrevista a Alberto Pérez, que es uno de los dos fundadores de la entidad “Verdad y Libertad”. La otra persona es un médico pediatra cuyo nombre se menciona varias veces en el texto.
Me llama la atención que el proceso personal de Alberto es muy similar al de otros testimonios de personas que renegaban públicamente de su orientación y un tiempo después terminaban renegando a su vez de su propia postura negacionista. En su caso, a los 18 años experimentó ese proceso de supuesta sanación y se convirtió en la voz del testimonio que difunde el mensaje de que es posible revertir la homosexualidad. En 2015, sin embargo, sigue sintiendo atracción por otros varones, así que entra en crisis.
Rescato un par de párrafos de su entrevista. Dice: “Imagínate lo que supuso dar el salto cuando yo había interiorizado a modo de lavado de cerebro la guerra cultural, la ideología de género, la perversión del lobby gay y el satanismo de la homosexualidad”. A la pregunta sobre cómo acompañar a un joven en materia afectiva sin condicionarle, Alberto dice: “hay que evitar concentrar el acompañamiento en lo sexual o en con quién te vas a acostar, para abordarlo desde la afectividad, la autoestima o el amor propio”.
Para terminar con el tema de portada, creo que el testimonio de las páginas 16 y 17 es fantástico. Se trata de una reflexión que hacen Fátima Carazo y José Antonio Suffo sobre el acompañamiento en la pastoral con personas LGTBI. Ellos dicen que les resulta doloroso constatar que tenemos en nuestra Iglesia una mesa del banquete eucarístico en la que no nos podemos sentar todas las personas; algunas no tienen traje de fiesta, son dejadas fuera, no son dignas de compartir el Pan, la Palabra y la Paz.
Vamos a cerrar esta sección con otra de sus frases: “La construcción de una Pastoral de la Diversidad Sexual, madura y responsable, debería ser entendida como un deseo del Señor para su Iglesia”.
Sábado. El Vaticano lleva a juicio al cardenal Becciu por malversación y soborno. El 3 de julio, la Oficina de Prensa de la Santa Sede publicaba la citación de varias personas en relación con un caso de malversación y abuso de poder.
Domingo. El papa Francisco ingresa en el hospital para una operación de cólon. En circunstancias estándar, es decir en cualquier otra persona diferente del Santo Padre, es que esta noticia hubiera pasado inadvertida, porque lo más normal en una persona de 84 años es que cuando no falle una parte del cuerpo lo haga otra.
Lunes. ¿Cómo elegir una sola de entre tantas informaciones clave? Desde la poca visión de conjunto de un periodista famoso hasta una película sobre una santa, pasando por el estado de salud del papa. Pero me voy a quedar una que va en la línea del tema de portada. El Arzobispo de Granada, una ciudad al sur de España, anima en una homilía a que los fieles desobedezcan las leyes LGTBI y de la eutanasia.
Martes. Una noticia relacionada con el tema de portada, pero más triste que las anteriores. La madrugada del sábado, un joven de 24 años fallecía como consecuencia de una agresión motivada por su orientación sexual. En Vida Nueva leíamos que el padre de este joven, de nombre Samuel, agradecía las oraciones y muestras de cariño recibidas.
Miércoles. Otra vida arrebatada, esta vez en México, en Chiapas. El pasado 5 de junio fue asesinado un catequista indígena a manos de una persona que viajaba en motocicleta.
Jueves. De nuevo una tragedia mortal. Jovenel Moïse, el presidente de Haití era asesinado a tiros en la madrugada del miércoles. La Conferencia Episcopal de Haití decía: “¡Abandonad las armas! ¡Optad por la vida!”.
Vamos a escuchar a Mateo González, que va a compartir con nosotros una entrada sobre el viaje del papa Francisco a Hungría y Eslovaquia. Puedes leerla en su blog “Me lo pregunto…”, en la página web de Vida Nueva.
Muy relacionado con lo que decía Mateo, he visto que hay una película eslovaca llamada “Siervos” que trata precisamente del período relativo a la ocupación de Eslovaquia por parte de las fuerzas comunistas. Aún siendo una película y no un documental, igual permite tener cierto contexto de la historia de la región que visitará el Santo Padre. La buscaré para echarle un vistazo.
Si sigues estos episodios desde el principio, sabes que ahora venía la sección del Evangelio y el comentario al mismo, pero esta semana voy a hacer un pequeño cambio.
El tema de portada está muy relacionado con los vídeos que ya te había recomendado del canal de Youtube de Daniel Pajuelo. Allí hay varios testimonios a propósito de un libro de PPC que se llama “Caminos de Reconciliación”. Le he pedido permiso para usar algunos fragmentos y estos son los que más me han llamado la atención. Te invito a que te pases por su canal y le eches un vistazo a los últimos vídeos que subió. Son fáciles de localizar y no tienen desperdicio.
Y ahora sí, vamos al comentario del Evangelio de este domingo realizado por el padre Ángel Moreno de Buenafuente. Acordémonos de no confundir lo de sacudir el polvo de nuestros pies con sacudir la sandalia contra la cara del prójimo.
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