La dramática situación del Líbano volvió a primer plano con el profundo clamor del papa Francisco por esta tierra. Durante la Jornada de Oración y reflexión por la Paz por este país, en la que el pontífice recibió la visita en el Vaticano de los líderes de las iglesias cristianas libanesas, Bergoglio exigió que se aparquen los intereses particulares y se avance en “la construcción de la paz, que no exige ni vencedores ni vencidos sino hermanos y hermanas”.
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“Basta del beneficio de unos pocos a costa de la piel de muchos. Basta con el prevalecer de las verdades parciales a costa de la esperanza de la gente. Basta de utilizar el Líbano y el oriente medio para intereses y beneficios ajenos. Es necesario dar a los Libaneses la oportunidad de un futuro mejor en su tierra y sin injerencias”, exclamó el Papa.
El Pontífice recordó que la vocación del Líbano como país siempre ha sido “la de ser una tierra de tolerancia y pluralismo. Un oasis donde diversas comunidades se encuentran, anteponiendo el bien común a las ventajas particulares”. Una situación ante la que, tal como ha aseverado el Papa, “es necesario que quien tiene el poder se ponga inmediatamente al servicio de la paz, y no de los propios intereses”.
Oportunidad de un futuro mejor
Algo que así percibe la población libanesa, como denuncia Marlon Méndez, responsable del Seminario Franciscano del Líbano. “La gente ve a un Gobierno más preocupado por los intereses de cada uno que por el bien del país, que los políticos están más preocupados de demostrar quién manda más, de probar a quién hace más caso la gente”.
“Todo esto, unido a la dramática situación económica del país, ha hecho que desde algunos sectores se esté llamando a movilizaciones populares, incluso a un alzamiento como las primaveras árabes que cambie todo de arriba abajo”, indica Méndez.