La Saga de los groenlandeses, el viaje de San Brandán, el hacha y el cerezo de Washington, el inventor las hamburguesas que han colonizado la mayor parte del mundo o las ‘fake news’ de Benjamin Franklin son algunos de los episodios que aborda John Bell en su libro ‘Eso no estaba en mi libro de los Estados Unidos de América’ (Almuzara). Este californiano, cuya heráldica se remonta a los primeros colonos de la costa este, nos ofrece un paseo por los aspectos más desconocidos de la historia de su país, repleta de hechos fascinantes, personajes titánicos, mundanos villanos y… una generosa dosis de buena cerveza americana.
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PREGUNTA.- ¿Todavía hay episodios desconocidos de la historia de Estados Unidos?
RESPUESTA.- Más que episodios, siento que hay muchos aspectos de nuestra propia historia con los que no estamos familiarizados. El primero es que nuestra gran nación tenía civilizaciones relativamente avanzadas antes de la llegada de los colonos europeos. Es poco conocida, por ejemplo, Cahokia, que era una ciudad a poca distancia del río Mississippi y existía entre los siglos IX y XV. En su apogeo tenía una población de 25.000 habitantes, industria organizada y una extensa ruta comercial que llegaba a las costas norteamericanas.
Por otro lado, a veces no somos conscientes del papel que las mujeres tuvieron en la historia. Mi propia abuela trabajó para hacer avanzar el esfuerzo bélico en la II Guerra Mundial y, como ella, había muchas otras mujeres que construían aviones de guerra, salvaron vidas en el campo de batalla o incluso actuaban como espías secretas, plantando bombas y saboteando objetivos enemigos. Y luego está la NASA. Todos los estadounidenses están orgullosos de las misiones lunares, pero hay muchas personas que desconocen los sacrificios que vinieron antes, las tragedias que siguieron y los innumerables desafíos en el camino. (…)
El Dios americano
P.- ¿Qué importancia tiene la religión en Estados Unidos?
R.- Dios es una parte importante de la vida de muchos estadounidenses, ya que sentimos que somos bendecidos por vivir en un país tan hermoso, grande y próspero. Estamos orgullosos de lo que llamamos nuestra ética de trabajo cristiana, e incluso imprimimos “en Dios confiamos” en nuestra moneda. Los estadounidenses tienen una fuerte conexión con Dios, por lo tanto, tiene mucha importancia aunque las celebraciones cristianas no sean exactamente iguales a las de aquí.
