El hecho de que una familia de religión islámica elija un centro religioso católico comienza a ser algo más que una excepcionalidad. Como ha ido ocurriendo en estas últimas décadas con los alumnos de religión evangélica, las familias encuentran en estos colegios una serie de valores compartidos y una visión positiva del hecho religioso que no siempre encuentran en los centros públicos –a pesar de que la Constitución Española asegura la neutralidad de sus docentes–.
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Esta buena acogida de las familias musulmanas en los centros de Escuelas Católicas ha generado una confusión a la hora de sumarse a una campaña propuesta por algunas entidades islámicas para recordar a las familias que pueden reclamar la asignatura confesional en virtud de los acuerdos con el Estado.
En este sentido, Escuelas Católicas ha tenido que informar a los centros de que estas reivindicaciones van dirigidas a los centros públicos y no a los de titularidad católica. Esta confusión en algunas familias no llega a las instancias representativas de los musulmanes, de hecho, así ha quedado patente en una reunión que el secretario general de Escuelas Católicas, Pedro J. Huerta, mantuvo el pasado 23 de junio con un delegación y el presidente de la Comisión Islámica de España, Aiman Adlbi.
Este agradeció “la acogida respetuosa que en las escuelas de ideario católico se hace a las familias y alumnos de religión islámica, que mayoritariamente escogen este tipo de centros educativos por su proyecto de valores y de integración”, según refleja la patronal religiosa en un comunicado interno al que ha podido acceder Vida Nueva. Ambas entidades, que coinciden en el impulso que ha dado al diálogo y la colaboración mutua el Pacto Educativo Global lanzada por el papa Francisco, han podido contrastar todo lo referente a las peticiones sobre la clase de religión islámica que están llegando de las familias a los colegios católicos.
Ausentarse para rezar
Teniendo como referencia la Ley 26/1992, de 10 de noviembre, que es en la que se llegan a acuerdos de cooperación entre el Estado y la Comisión Islámica de España –como también se hizo este mismo año con las comunidades judías–, Escuelas Católicas reivindica su negativa a que se imparta esta asignatura.
“Dado que nuestros centros son de ideario católico, es evidente que la enseñanza religiosa islámica en ellos es incompatible y por tanto no existe obligación de impartirla”, apuntan desde la entidad, ya que en los acuerdos se recoge el derecho de los alumnos musulmanes a recibir enseñanza religiosa islámica “siempre que, en cuanto a estos últimos, el ejercicio de aquel derecho no entre en contradicción con el carácter propio del centro” (artículo 10 de los acuerdos).
La propia Comisión Islámica recoge esta interpretación de los acuerdos y ha asegurado en el encuentro con Huerta que las familias están mandado por “error” este modelo de petición de la asignatura a los centros católicos cuando está pensado para la escuela pública que sí que está obligada a atender esta petición. Por ello, desde Escuelas Católicas han invitado a sus centros a que expliquen la situación a través de una carta de respuesta a las familias que hagan esta petición en sus centros.