El Área de Instituciones Religiosas de la Fundación Aliados por la Integración cumplirá este próximo mes de agosto 20 años de andadura. El proyecto que hace cuatro lustros era una apuesta pionera, cobra hoy más sentido que nunca, dada la excepcionalidad del momento que vivimos. Carlos Buerba, director del Área, incide en que “los efectos y consecuencias que ha provocado la Covid-19 nos han enseñado muchas cosas, ha servido de aprendizaje para todos, pero sobre todo ha reforzado nuestros valores de cercanía y compromiso con las personas a las que atendemos dentro de las instituciones y congregaciones religiosas”.
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Los religiosos siempre se han cuidado los unos de los otros. Sin embargo, dadas las circunstancias actuales y para seguir cumpliendo con su gran labor social, hoy necesitan a entidades sociales profesionales que optimicen los recursos de la Iglesia y que les ayuden a gestionar este imprescindible y delicado paso de cuidar a ser cuidados.
Una importante tarea, y más con las amenazas actuales, que requiere de entidades con experiencia en gestión y dispuestas a cumplir su misión, respetando su legado. Con este mismo compromiso nació el Área de Instituciones Religiosas de la Fundación Aliados por la Integración, que presta sus servicios en la actualidad en 97 centros de carácter religioso, en los que atiende a más de 2.000 usuarios, y que colabora con 60 instituciones religiosas, entre obispados y congregaciones. Cifras que la sitúan como referencia del sector en España.
Carlos Buerba recuerda que “desde el comienzo planteamos un proyecto riguroso, con elevadas exigencias en lo que a calidad y transparencia se refiere, y debemos agradecer que las instituciones religiosas nos abrieran las puertas con tanta generosidad”. Gracias a su modelo, las propias instituciones pueden beneficiarse de una serie de ventajas, traducidas en una optimización de sus recursos, mejor coordinación y seguimiento del equipo de trabajo, creación de sinergias en la institución y un claro aumento del apoyo y calidad asistencial. Pero, si por algo destaca este proyecto, es por su respeto al legado que representa cada institución. “Nosotros nos presentamos ante las instituciones religiosas como colaboradores directos y cercanos que nos adaptamos a sus necesidades y circunstancias, y siempre respetando al máximo el carisma de cada institución, de cada congregación, porque somos una entidad laica pero compartimos sus principios y valores”, explica Carlos Buerba.
Residencias de mayores, casas sacerdotales, enfermerías religiosas, centros de menores, centros educativos y centros de atención a personas con discapacidad representan los principales ámbitos de actuación de los servicios prestados por Fundación Aliados por la Integración para la comunidad. El catálogo de servicios incluye la atención y cuidado de personas mayores, servicios socioeducativos, servicios generales (limpieza, mantenimiento, seguridad), jurídicos, administrativos y de gestión. “Para garantizar el mejor cuidado de las personas a las que atendemos contamos con un gran equipo de profesionales, especializado en este sector y que, respetando el carisma de cada institución, ejercita una coordinación y un seguimiento exhaustivo de cada servicio”, indica el director del Área.
El aval de los clientes
La experiencia acumulada a lo largo de estos más de tres lustros y la alta valoración por parte de sus clientes representan el mejor aval para el equipo de profesionales de Aliados por la Integración en sus diferentes ámbitos de colaboración, tal y como ha quedado reflejado en el vídeo emitido durante estos días por la entidad.
Además de ejercer con profesionalidad su papel, como entidad colaboradora directa de las instituciones religiosas, la Fundación Aliados por la Integración realiza sus funciones cumpliendo con su propósito: ser un referente social en la construcción de espacios de colaboración entre instituciones, empresa y sociedad, que permitan desarrollar proyectos sostenibles en el tiempo para favorecer la plena integración socio laboral de personas que se encuentren en una situación de vulnerabilidad y riesgo de exclusión social.