“El pueblo tiene derecho a manifestar sus necesidades, anhelos y esperanzas. Nos preocupa que las respuestas a esos reclamos sea el inmovilismo”, afirman los prelados en un comunicado conjunto
“No podemos cerrar los ojos como si nada estuviera sucediendo”. Así se expresan los obispos cubanos ante las protestas callejeras por el deterioro de la situación económica y social, acentuada ahora con el Covid-19, lo que ha provocado un desabastecimiento de medicamentos. Por primera vez desde 1994, el pueblo ha tomado las calles para expresar su malestar; mientras, las marchas están intentando ser contenidas por las fuerzas del orden y partidarios del régimen que en estos momentos encarna Miguel Díaz-Canel.
Según indican los prelados en un comunicado conjunto, “entendemos que el Gobierno tiene responsabilidades y ha tratado de tomar medidas para paliar las referidas dificultades, pero también comprendemos que el pueblo tiene derecho a manifestar sus necesidades, anhelos y esperanzas y, a su vez, a expresar públicamente cómo algunas medidas que han sido tomadas le están afectando seriamente”.
En el mismo sentido, expresan su preocupación por que las respuestas a estos reclamos sea el “inmovilismo” que “contribuye a dar continuidad a los problemas, sin resolverlos”. “No solo vemos que las situaciones se agravan, sino, también que se camina hacia una rigidez y endurecimiento de posiciones que pudieran engendrar respuestas negativas, con consecuencias impredecibles que nos dañarían a todos”, añaden.
‘¡Abajo la dictadura!’, ‘¡No tenemos miedo!’, ‘Queremos vacunas’ son algunos de los lemas de los manifestantes, en su mayoría jóvenes, entre los que también hay muchos católicos. Manifestantes que, de momento, están resistiendo a la represión y las detenciones por parte de las autoridades, que se están produciendo por todo el país. No así el sacerdote Castor José Álvarez Devesa, que ha sido apresado por “desorden público” en Camagüey.
Para la Conferencia Episcopal, “no se llegará a una solución favorable por imposiciones, ni haciendo un llamado a la confrontación, sino cuando se ejercite la escucha mutua, se busquen acuerdos comunes y se den pasos concretos y tangibles que contribuyan, con el aporte de todos los cubanos sin exclusión, a construir la Patria ‘con todos y para el bien de todos'”. “Esa es la Patria que queremos”, enfatizan.
Citando al papa Francisco, recuerdan que “las crisis no se superan con el enfrentamiento sino procurando un entendimiento”. “La violencia engendra violencia, la agresividad de hoy abre heridas y alimenta rencores para mañana que costará mucho trabajo superar, por eso invitamos a todos a no incentivar la situación de crisis, sino con serenidad de espíritu y buena voluntad, ejercitar la escucha, la comprensión y la actitud de tolerancia, que tenga en cuenta y respete al otro para juntos buscar caminos de una justa y adecuada solución”.
Por ello, encomendándose a la Virgen de la Caridad, “Reina y Madre de todos los cubanos, siempre manantial de reconciliación, pedimos haga de la nación cubana un hogar de hermanos y hermanas, donde prevalezcan la búsqueda de la verdad y el bien común”.