El sacerdote Cástor Álvarez Devesa, de la archidiócesis de Camagüey, ha sido puesto en libertad tras estar un día retenido por la policía castrista. El presbítero fue golpeado y retenido tras participar en las protestas del pueblo cubano que han llegado también a esta ciudad del centro del país. El propio Álvarez Devesa ha podido grabar un vídeo agradeciendo las oraciones y la preocupación.
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Un sacerdote con el pueblo
Esta liberación se ha producido tras las gestiones hechas por el arzobispo Willy Pino y la repercusión de la noticia de su detención, amplificada por las redes sociales. El sacerdote, relata en el vídeo, sintió que no podía irse a su casa sino estar con el pueblo en la calle y fue arrestado cuando defendía a unos jóvenes manifestantes.
“Me puse a rezar para ver qué hacía y no pude llegar a mi casa, son que me dirigí donde estaban los manifestantes a acompañarlos. Traté de evitar que hubiera confrontaciones, violencia”, desveló. “Al final -continúa con su relato-, tratando de evitar una violencia hacia alguien he recibido un golpe con un bate”. A pesar de ello, asegura que “estamos bien, gracias a Dios, y con el deseo de que todos los cubanos estemos en paz, que no haya violencia. Que tengamos la paz y la justicia”.
Golpeado, sigue con una herida en la cabeza, Castor Álvarez fue acusado de desorden público y pasó la noche en la estación de Policía de Montecarlo, en Camagüey. Los jóvenes arrestados con el sacerdote parece que no han sido liberados, incluso alguno ha sido trasladado a otra comisaría.