Un libro rescata la figura del Padre Revilla, el capuchino militar que no encajó ni en el Ejército ni la Iglesia

El melillense Carlos Sánchez Tárrago publica un ensayo biográfico sobre este “personaje de frontera” fusilado al comienzo de la Guerra Civil

Un libro rescata la figura del Padre Revilla, el capuchino militar que no encajó ni en el

El historiador Carlos Sánchez Tárrago acaba de publicar un ensayo biográfico sobre Eloy Gallego Escribano, conocido como el Padre Revilla. Un militar que se hizo capuchino sin dejar del todo sus ideas anarquistas y que ejerció de maestro durante la República, piloto, observador de aeroplano, abogado, capellán castrense… Llegado 1936 fue el primer profesor apartado de su puesto catedrático de Historia en el Instituto de Trujillo en toda la provincia de Cáceres. Todo “un personaje frontera”, según el autor.



“El Padre Revilla es un personaje protagonista esencial” de “la historia de España desde mediados del siglo XIX, pues su padre interviene en las guerras Carlistas hasta mediados del siglo XX”, apunta el autor de ‘El Padre Revilla. El fraile aviador’ (Tau editores, 2021) en una entrevista en El Faro de Melilla. Este fraile es presentado en un periódico de la época como “Capuchino, militar y anarquista”, algo que despierta la curiosidad de cualquiera. “Yo lo definiría como un personaje frontera, ya que no pertenece a ninguno de los dos sitios. Pero también es que los valores que él defendía estaba en todas esas facetas. Libertad, justicia y solidaridad eran esos valores y son principios cristianos y anarquistas también, solo que cada un lo ejecuta de una forma”, apunta.

Apuesta por la educación

Para Sánchez Tárrago, el fraile “era defensor de la cultura y de que la educación llegara a todo el mundo, luchaba contra las injusticias… Y por eso yo creo que fue olvidado por la memoria histórica. Y es que para la Iglesia y el Ejército no merecía la pena para ellos como persona a la que proteger. Y para los otros tampoco porque era cura. Él iba a caballo entre todo”, señala.

“El hombre era un avanzado para su época en todos los conceptos y es conocedor de la influencia de la prensa como medio para conseguir sus objetivos”, destaca también el historiador. “Con fe capuchino; sin fe, anarquista” fueno de los lemas vitales de este sacerdote que “murió fusilado por ser considerado “un cura rojo que denunciaba el hambre y la miseria de los campesinos”, al poco de iniciarse la guerra civil”.

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