Carmen Hernández: el primer paso hacia la canonización de la iniciadora del Camino Neocatecumenal

Este lunes, 19 de julio, la catedral de Santa María la Real de la Almudena de Madrid ha acogido una eucaristía con motivo del 5º aniversario del fallecimiento de Carmen Hernández, una de las iniciadoras del Camino Neocatecumenal. Una celebración presidida por el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, y en la que se ha oficializado la petición de apertura de la causa de beatificación de la fundadora.

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“Carmen quiso en su vida ser portavoz de Jesucristo. ¡Cuántas veces escuchamos de sus propios labios que lo que más necesita el hombre es amar con el amor mismo de Cristo y experimentar el amor del Señor!”, ha señalado el cardenal Osoro en su homilía “Carmen nos gritaba de formas diferentes: “Dad rostro a Cristo con vuestra vida”. ¿Cuál es la voluntad de Dios en mi vida y para mi vida?”, añadió.

Proceso de beatificación

Solo al cumplirse los cinco años de su muerte ha podido ponerse en marcha oficialmente la fase diocesana del proceso para beatificación y canonización de Hernández. Ahora bien, las investigaciones ya han comenzado y el postulador de esta fase, Carlos Metola, ya cuenta con más de 16.000 páginas recogidas, la mayoría de ellas vinculadas a los 50 años de actividad misionera que desarrolló dentro del Camino. Si el cardenal Osoro acoge favorablemente la petición comenzarían otra serie de trabajos con las declaraciones de testigos, historiadores y teólogos.

Además, en torno a esta fecha se ha publicado la primera biografía oficial de Carmen Hernández, elaborada por Aquilino Cayuela. Soriana de nacimiento, pasó la mayor parte de su infancia y juventud en Tudela (Navarra). Posteriormente estudió Química en Madrid, retirándose al concluir sus estudios al Instituto de Misioneras de Cristo Jesús. Tras licenciarse en Teología, inició junto a Kiko Argüello el Camino Neocatecumenal, que en la actualidad cuenta con un millón y medio de seguidores en más de 125 países organizados en más de 30.000 comunidades. Para Argüello, Carmen era “una mujer profunda, auténtica y libre”, “importantísima no solo para el Camino, sino para toda la Iglesia”.