Un llamamiento a guardar “la paz y la calma”. Así ha sido el mensaje que ha enviado el prior del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, a los padres de los niños de la escolanía tras la aprobación del proyecto de la Ley de Memoria Democrática, argumentando que la presencia de la comunidad benedictina en el Valle no está, al menos de forma inmediata, en peligro.
“Nosotros seguiremos nuestra vida en el Valle y el curso académico con toda tranquilidad y normalidad, sabiendo que Dios y nuestra Madre celestial velan por todos nosotros”. El religioso se expresa así a través de una carta escrita y enviada antes de que se celebrara el Consejo de Ministros con el único fin de informar a la familias de los estudiantes, pero que, sin embargo, ha acabado circulando por redes sociales.
“Como es lógico, las noticias que aparecen en los medios de comunicación acerca de la ley de memoria democrática y el Valle pueden resultar muy inquietantes, y más en la manera y con la inquina con que algunos de esos medios lo ofrecen”, escribe Cantera en un texto al que ha tenido acceso ‘Vida Nueva’. “No obstante, una vez más, ánimo a la serenidad y a guardar la paz y la confianza en Dios”.
Así, el benedictino explica que lo que ha hecho Moncloa es “aprobar el anteproyecto de ley para que en septiembre comience sus trámites en el Congreso de los Diputados, donde todo su debate puede durar meses o incluso prolongarse un año”. Del mismo modo, señala que, “aunque es probable que quieran agilizar su aprobación”, también “habrá recursos y factores que pueden demorar el procedimiento“. “Es sabido ya que al menos un partido político interpondrá además recurso de inconstitucionalidad”, añade, en referencia a la intención ya manifestada por VOX.
Por otra parte, Cantera apunta que, si bien el anteproyecto de ley prevé “la extinción de la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos” y que esto “no es un dato bueno”, el texto “no dice nada de la desaparición o expulsión de nuestra comunidad ni de la escolanía”.
Además, insiste en que, “una vez que la ley quedase aprobada por las Cortes, habría de regularse el nuevo régimen jurídico del Valle por un real decreto que, en caso de ser francamente negativo para nosotros, podría recurrirse y ello supondría otra prolongación en el tiempo”. De esta manera, la presencia de la comunidad benedictina en el Valle “no depende única ni exclusivamente de la existencia de la Fundación, sino que tiene otros fundamentos de peso que no se pueden anular sin más”.