Es la primera vez que, desde su creación en 1967, la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) hace público su balance anual, dando un paso más en el camino hacia la transparencia que se está construyendo en el Vaticano durante los últimos años. Así, el presidente de la entidad, Nunzio Galantino, ha presentado en una entrevista con Vatican News los resultados del informe del ejercicio 2020, año en el que obtuvieron 51 millones de euros menos que en 2019.
- LEER MÁS: El déficit del Vaticano en 2020, al descubierto: 66,3 millones de euros
- ?️ El Podcast de Vida Nueva: Santiago, camino de vuelta
- ¿Quieres recibir gratis por WhatsApp las mejores noticias de Vida Nueva? Pincha aquí
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Y es que, tal como se especifica en el Informe, mientras que en 2019 las actividades de la APSA generaron 73,21 millones de euros, en 2020 estas fueron de 21,99 millones. Del mismo modo, el organismo redujo su contribución a la Curia romana, de 41,2 millones en 2019 a 20,6 millones en 2020.
“La decisión de publicar el documento”, explica Galantino, surge de la “esperanza” de que aumente la confianza en la labor de la Iglesia. De esta manera, si bien no es la primera vez que la APSA elabora su informe para presentarlo ante los órganos de control, sí que es la primera vez que se hace público. “Es sin duda un paso adelante en términos de transparencia”, asevera Galantino.
La publicación del Informe se produce solo tres días antes del macro juicio Vaticano que comienza el martes y sentará en el banquillo por primera vez a un cardenal, el italiano Angelo Becciu, por la opaca compra de un edifico en Londres (en la imagen).
Una administración “creíble y fiable”
Así, el informe detalla el funcionamiento de la APSA –que hace las funciones de Banco Central del Estado de la Ciudad del Vaticano–, durante 2020 un año especialmente dedicado a la respuesta a la emergencia sanitaria. Además, despeja dudas sobre el uso de los activos de la Santa Sede: por ejemplo, se señala que gracias al alquiler de distintos inmuebles en París y Londres, durante la pandemia ha sido posible conceder de forma gratuita a la Limosnería Apostólica el uso de Palazzo Migliori, en Roma, en el que se ha albergado a los sintecho acogidos por Sant’Egidio.
La APSA se encarga, entre otras labores, de la gestión del patrimonio inmobiliario de la Santa Sede, el Óbolo de San Pedro y los Fondos Reservados de Secretaría de Estado, está última, por petición expresa del Papa.
“Las actividades que todos en la APSA estamos poniendo en marcha van más allá de las graves consecuencias de la crisis pandémica”, ha señalado Galantino a Vatican News. “Nuestras energías se dirigen a una administración creíble y fiable, además de eficaz y eficiente, dejándonos guiar por procesos de racionalización, transparencia y profesionalidad requeridos también por el papa Francisco”.
Además, los trabajadores de la APSA (actualmente 102) se encuentran actualmente en proceso de elaboración de un plan trienal con el que alcanzar sus objetivos de forma eficiente y, como matiza Galantino, “en un clima de transparencia y colaboración”. “Es obligación de la APSA conservar, mejorar y rentabilizar el patrimonio que se le ha confiado”, recuerda el presidente del organismo.