América

El espejismo de una Cuba libre





“Cuba está triste”. Así resume la situación el historiador Leonardo Manuel Fernández, uno de los miles de cubanos en arresto domiciliario tras las protestas y manifestaciones de la semana pasada. Atiende a Vida Nueva cuando por fin ha conseguido que le permitan salir “un ratito” a solucionar cuestiones de trabajo. La conversación es difícil, por los cortes de internet que sufre la isla y debe hacerse en varios días con breves mensajes cuando consigue conexión.



Otro tanto ocurre cuando hablamos con el hermano de La Salle David Reyes o con Ernesto Laffita. Con otros, como líderes de movimientos de la oposición sobre el terreno, por ejemplo Eduardo Cardet, coordinador del Movimiento Cristiano de Liberación, ni siquiera hemos conseguido contactar.

“La Habana está militarizada”, lamenta Leonardo. “Hay muchísimas personas con medidas cautelares de prisión domiciliaria. Hay más de cuatrocientos jóvenes detenidos, muchos en el transcurso de la semana, no directamente en las movilizaciones, y están siendo sometidos a juicios sumarios o se les niega el ‘habeas corpus’. Los tribunales y las comisarias están llenas de padres preguntando por sus hijos”.

Cientos de desaparecidos

Los que peor parte se han llevado han sido “las personas que vivían en las periferias, en los barrios pobres, sin visibilidad, sin recursos. Quienes han podido, han sacado a sus hijos de prisión, pero pagando fianzas de 2.000 pesos, que es medio salario de un mes o casi todo el salario mínimo (son 2.500 pesos). Todavía hay cientos de desaparecidos, lamentablemente, muchos de ellos chavales desde los 16 años. Es desolador ver cómo se están haciendo listas de gente que aún no ha aparecido”, explica Fernández.

La situación es prácticamente idéntica en Santiago de Cuba. Desde allí, el hermano Reyes destaca “el ambiente de tensa tranquilidad que se vive por el miedo a las fuertes represiones del Régimen. A través de las redes sociales nos vamos enterando cada día de nuevas detenciones, la mayoría de ellos jóvenes… y eso ahora que tenemos acceso a internet, porque estuvo cortado”.

Un clima de tensión creado y mantenido por el Gobierno, “que ha lanzado a miles de policías de paisano a las calles para terminar de reprimir y mantener este ambiente de calma turbulenta”, según analiza Leonardo.

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