Su nombre es Albert Vanhoye y, a sus 98 años –que cumplió el pasado 24 de julio– es el cardenal más anciano del mundo. Testigo de la sucesión de un total de ocho papas, este jesuita francés será, además, tal como recoge Katholisch, el undécimo purpurado más longevo de la historia.
Vanhoye nació en 1923 en la localidad de Hazebrouck, al norte de Francia. Estudió en la Sorbona de París, se unió a la Compañía de Jesús y, en 1954, fue ordenado sacerdote dentro de la orden.
Llegó al Vaticano en los años 50 como parte del Instituto de Investigación Bíblica, del cual fue director dos años después de doctorarse en 1961.
El jesuita fue, además, miembro del Pontificio Instituto Bíblico de Roma durante 50 años, y fue nombrado cardenal en 2006 por el papa Benedicto XVI, siendo, de esta manera, uno de los pocos purpurados no obispos.