Frente a la sentencia C-233/21 de la Corte Constitucional de Colombia que elimina el requisito de enfermedad terminal permitiendo sin restricciones la eutanasia, según aplique el caso de convalecencia y por voluntad del paciente, los obispos han fijado posición.
- ?️ El Podcast de Vida Nueva: Santiago, camino de vuelta
- ¿Quieres recibir gratis por WhatsApp las mejores noticias de Vida Nueva? Pincha aquí
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
“Ampliar el rango de poblaciones o de casos en que podría ser solicitada la eutanasia, tal y como lo hace la actual providencia de la Corte, o extenderla hacia otras modalidades, lejos de promover un supuesto derecho, constituiría un serio peligro para los más frágiles”, acotaron.
Por tanto “la práctica de la eutanasia constituye una seria ofensa a la dignidad de la persona humana y fomenta la corrosión de valores fundamentales del orden social”.
Una comunidad fraterna y solidaria
En primer lugar aseguran que “las condiciones de grave enfermedad o relacionadas con el final de la vida deben afrontarse con profunda delicadeza y respeto”, puesto que “son situaciones dolorosas, que ponen a prueba a la persona en su integridad y a su entorno familiar”.
Al respecto han instado al Estado “garantizar la debida atención sanitaria a las personas que sufren lesiones corporales o enfermedades graves e incurables, o que se encuentran en estado terminal, especialmente cuando se trata de los más pobres”.
En este sentido reafirman que “una comunidad fraterna y solidaria se logra cuando somos capaces de superar los individualismos y de hacer converger nuestras vidas en torno a valores comunes”.
“Concebir la autonomía humana como un poder soberano de determinación no favorece la construcción de un orden social en el que podamos sentirnos prójimos, viajando todos en la misma barca”, han señalado.
Foto: El Universal