“Si realmente quieres evangelizar, realmente mostrar misericordia, apoyar a las familias católicas, entonces honras la Misa Tridentina. ¡Qué dictatorial, qué poco pastoral, qué despiadado lo quieres!”. No, al obispo auxiliar de ‘s-Hertogenbosch (Holanda), Rob Mutsaerts, no le ha gustado la decisión del papa Francisco de limitar la misa ‘ad orientem’ debido al aumento de personas que acuden a ellas y que niegan el Concilio Vaticano II.
El prelado, quien fue apartado de parte de su actividad pastoral por su obispo debido a sus constantes salidas de tono, acusa al Pontífice ahora de no practicar la sinodalidad que él mismo promueve. “El hecho de que Francisco imponga su poder sin ninguna consulta indica que está perdiendo autoridad”, afirma Mutsaerts, que parece haber leído en diagonal la carta a los obispos que acompañaba el ‘motu proprio’ ‘Traditionis custodes’, en la que el Papa da cuenta del proceso consultivo que desencadena en la publicación del mismo.
En opinión de este obispo, “‘Traditionis custodes’ es una traición y una bofetada a sus predecesores”, pues “la Iglesia nunca ha abolido las liturgias. Ni siquiera Trento. Francisco rompe completamente con esta tradición”.
Asimismo, muy enfadado, señala en un escrito publicado en su blog que “lo que hace el Papa no tiene nada que ver con la evangelización y menos con la misericordia. Es más una ideología. Es el Vaticano II, incluida su implementación con todas sus aberraciones, ¡o nada!”. Y agrega con rotundidad: “Eso es ideología y malicia”.
Mutsaerts considera que el lenguaje utilizado por el Papa es “muy similar a una declaración de guerra”. Asimismo, indica que “la liturgia no es un juguete de los papas, sino una herencia de la Iglesia”. Además, recrimina a “Bergoglio” que nunca le ha escuchado referirse a los “muchos abusos litúrgicos que existen aquí y allá en innumerables parroquias. En las parroquias todo es posible, excepto la Misa Tridentina”. El prelado acaba su texto con una sospecha: “Sospecho que Francisco se está pegando un tiro en el pie”.
Este obispo auxiliar casi emérito ya fue muy activo durante el pasado Sínodo para la Amazonía. Entonces, el mitrado pidió al Papa a través de los medios que “destruyera” el Documento Final, pues, según sus palabras, esta Asamblea fue un “engaño a los fieles” y “representó una burla a la fe”.