Albert Vanhoye, el cardenal más anciano del mundo, fallecía ayer a sus 98 años, que cumplió el pasado 24 de julio. Testigo de la sucesión de un total de ocho papas, este jesuita francés era, además, el undécimo purpurado más longevo de la historia.
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El purpurado, que era rector Emérito del Pontificio Instituto Bíblico y ex secretario de la Pontificia Comisión Bíblica, será despedido en un funeral que se celebrará mañana, 31 de julio, en la basílica de San Pedro del Vaticano, presidido por el cardenal Leonardo Sandri, vicedecano del colegio cardenalicio.
Las palabras del Papa
Ante la noticia del fallecimiento del jesuita, el papa Francisco ha enviado un telegrama a Manuel Morujao,
superior de la Residencia San Pietro Canisio en Roma, donde el purpurado pasó sus últimos años. “Quiero expresar mi cercanía por la muerte del estimado cardenal Albert Vanhoye a la comunidad de san Pietro Canisio, a toda la Compañía de Jesús, recordando con cariño y admiración a este hermano que sirvió al Señor y a la Iglesia con gran dedicación”, ha escrito Francisco.
“Pienso con gratitud en su intensa obra como hijo espiritual de san Ignacio, experto maestro y biblista”, ha aseverado el Papa. “También pienso en su amor por el ministerio, la predicación que ejerció con generosidad, animado por el apasionado deseo de comunicar el evangelio”, ha añadido.