Han pasado diez años desde que se celebró en Madrid la Jornada Mundial de la Juventud. Por ese motivo, el último número de Vida Nueva antes del descanso del verano está dedicado a un especial sobre la JMJ de aquel momento. Hoy vamos a repasar los diferentes textos que nos encontramos en la revista.
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Análisis inicial
Vamos a hacer un análisis de lo que podemos encontrar en el número de agosto de Vida Nueva.
El titular de la portada le va que ni pintado al contenido. Dice: “Jóvenes de altos vuelos”. A lo largo de todas las páginas, se nombra una y otra vez al aeródromo de Cuatro Vientos como un lugar en el que se produjeron muchas de las experiencias más significativas de los asistentes que ofrecen su testimonio en la revista.
El artículo que abre el tema de la JMJ viene firmado por Israel Duro. En el texto aparecen varios nombres propios: Antonio María Rouco Varela, Goyo Roldán, César Augusto Franco, Yago de la Cierva… y también el de Joseph Ratzinger, el papa Benedicto XVI.
En el primer artículo del número se puede intuir el enorme esfuerzo que supuso organizar un evento de esta magnitud. Hubo que dejar de lado diferencias políticas, se tuvo que prestar mucha atención al plano económico, lidiar con los actos públicos de rechazo, etc. La JMJ movilizó a una estructura de profesionales y voluntarios enorme, a quienes sin duda debemos estar agradecidos.
Toda la cuestión de las Jornadas Mundiales de la Juventud plantea análisis interesantes en varios aspectos.
- De un lado, ¿cómo se preparan? ¿Qué criterios se colocan como prioritarios? ¿Los netamente espirituales? ¿Los materiales? ¿Las experiencias personales? ¿Dónde se transparenta la Doctrina Social de la Iglesia?
- De otro lado, ¿a quienes se involucra en su preparación?
- Por último, ¿qué experiencia se llevan las personas que participan de una JMJ?
Al hilo de esta última pregunta van las páginas 12 a 22 por un lado y 32-43, es decir lo que viene antes y después del pliego central.
Las páginas 12 a 22 nos comparten diversos testimonios personales sobre lo que significó la vivencia de las JMJ de Madrid de hace 10 años. Sin una mirada pausada a los textos, cualquier persona que como yo no hubiera estado allí podría llegar a decir que la JMJ se redujo a una vigilia de oración en el aeródromo de Cuatro Vientos, repleta de anécdotas climáticas.
Se dicen cosas que, desde mi punto de vista, me parecen fundamentales, como que la JMJ es un parte de un camino que debe estar conectado con la pastoral juvenil ordinaria. También se habla sobre el abandono personal en favor del acogimiento al peregrino, vivido además como vocación de servicio. Se comparten experiencias de conversión y discernimiento que desembocan en la Vida Religiosa y presbiteral. Hay historias de encuentro personal que se transforman en vidas compartidas en el matrimonio.
Pero, además de lo anterior, también hay otros aspectos que no creo que deban escapar a la lectura razonada porque ilustran ciertas debilidades eclesiales que cuando no se cuidan nos llevan a dolorosas situaciones de diversa índole.
Al leer los diferentes testimonios y recuerdos, pienso en la cantidad de presbíteros que acumulan un puesto detrás de otro sin estar nunca al frente de una parroquia. Esto lo suelo repetir bastante, pero es que es un tema que me interroga mucho. Entiendo la diversidad de dones, pero parece que lo de no profundizar en la clericalización de las estructuras va siempre con el de enfrente, nunca cuando nos afecta a nosotros o a nuestro grupo particular.
Un pliego sin dobleces
El pliego que firma Alicia Ruiz López de Soria me parece excelente. No habla exactamente sobre las Jornadas Mundiales de la Juventud, pero su exposición sobre pastoral juvenil tiene un buen número de puntos fuertes que voy a intentar reseñar. Sin duda, lo mejor es que la leas al completo, pero voy a tratar de acercarte a su contenido del mejor modo que sepa.
1- Ser con Cristo. Se hace mención a varios análisis e informes que constatan la realidad religiosa y espiritual de la juventud contemporánea. Se pregunta acerca del pluralismo religioso y la autoconciencia de los jóvenes y se relaciona con una difuminación de los límites entre las prácticas católicas y de otras corrientes de espiritualidad diferente. Resalta como interesante la relación entre Jesús y Jesucristo. Y señala también dos aspectos reveladores extraídos de la exhortación Christus vivit:
- Una estrategia de evangelización donde los protagonistas son Jesucristo y los jóvenes.
- El deseo de una descentralización de la Iglesia.
2- Ser pueblo de Dios. El segundo apartado habla sobre el sentimiento de pertenecer a un todo mayor, a un pueblo. Después de comentar algunos aspectos relacionados con Laudato si’ y Fratelli tutti, podemos leer que los líderes jóvenes deben saber romper esquemas eclesiásticos. Y esto lleva a razonar sobre la tentación de que en la Iglesia desarrollemos grupos cerrados que no se comunican los unos con los otros.
3- Ser en red. El tercer apartado del pliego está a su vez subdividido en puntos que hablan en conjunto de una antropología relacional abierta a la trascendencia.En esencia se trata de no quedarse encerrado en la propia y limitada experiencia personal o de pequeño grupo, por numeroso que este sea. Se desea ser puente y crear puentes, entre personas y entre carismas. Ser en red es indicador de eclesialidad y sinodalidad. Sobre esto, el texto recoge unas palabras de Natalie Bequart: “El reto es implementar la sinodalidad en las prácticas pastorales y en las formas concretas de hacer las cosas en las que se encarna esta Iglesia en marcha, que es la Iglesia sinodal”.
La segunda parte del pliego aterriza la reflexión en cuatro pistas que fomentan el diálogo en lo cotidiano de cada realidad eclesial relacionada con la pastoral juvenil, pero que pueden servir también para otras dimensiones pastorales. Me quedo con la frase tomada de Carlos Schickendantz que dice: “Lo que estamos corrigiendo ahora es un modelo teológico y cultural milenario y, por tanto, no puede ser resuelto en unas pocas décadas”.
Un instante, nada más
La tercera parte del especial sobre la JMJ de Madrid está dedicado a recoger varios testimonios personales a los que se llama “INSTANTES”. Voy a escoger algún aspecto secundario de todos ellos, para que podamos mirar más allá de lo que está escrito.
INSTANTE I.
El primer instante lo firma Toño Casado, presbítero de la archidiócesis de Madrid. Comenta de pasada los actos propios de los diversos grupos que asistieron a la JMJ. Y yo, de nuevo, me vuelvo a preguntar si en algunos momentos tal vez llegamos a hacer de lo propio la norma y no la excepción.
INSTANTE II.
Escrito por Raquel Martín, de Ayuda a la Iglesia Necesitada. Me ha encantado su relato. Me quedo con el ejemplo de los cristianos de Mosul que se encuentran con una foto de un compatriota acribillado por las balas y, espontáneamente, se arrodillan y cantan el padrenuestro en arameo. Jesús es tan real como para dar la vida por Él en Irak.
INSTANTE III.
Carla Díez fue directora de cultura en la JMJ de Madrid. Habla sobre el hecho de que el programa cultural no era un mero divertimento, sino la parte misionera de la JMJ. Un pequeño detalle que suele pasar inadvertido; a veces hablamos sobre ciertos temas pensando que la persona de enfrente conoce todos los pormenores del asunto en cuestión.
INSTANTE IV.
Manuel María Bru, presbítero diocesano de Madrid, narra un momento de cierta tensión al encontrarse con una de las manifestaciones de rechazo que se organizaron durante aquella JMJ. Cuando los jóvenes analizaron posteriormente aquel hecho, decían: “No hay que caer en el maniqueísmo, ellos los malos; nosotros los buenos. Nosotros también podemos dejarnos llevar por la ideologización”.
INSTANTE V.
El quinto instante viene firmado por Xiskya Valladares, Religiosa de la Pureza de María. Relaciona directamente su presencia en las redes con aquella JMJ.
INSTANTE VI.
Silvia Bara Bancel es profesora de Teología en la Universidad Pontificia de Comillas. Me encanta cómo recuerda un encuentro con Benedicto XVI en el que el papa les decía que la enseñanza era formar a jóvenes a quienes había que comprender y querer y en quienes había que suscitar una sed de verdad que poseen en lo profundo, así como un afán de superación.
INSTANTE VII.
María Ángeles Fernández, que es directora del programa de televisión “Últimas Preguntas”, trae a la memoria a los jóvenes que no aparecen en otros textos: a quienes tropiezan en el alcohol o las drogas, a quien no encuentra trabajo, a quienes padecen actitudes racistas o mueren en el empeño por conseguir una vida más justa y digna.
INSTANTE VIII.
Viene firmado por María Solano Altaba, decana de la facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad CEU San Pablo. En medio de unas preguntas acerca del motivo que empujó a cientos de miles de jóvenes a compartir un encuentro con una persona anciana, María Solano utiliza una expresión que me ha llamado la atención. Llama a los jóvenes alegres y bullangueros.
INSTANTE IX.
El nueve. Firmado por Damián María Montes, misionero redentorista. Relata su experiencia en Cuatro Vientos. Narra cómo Jesús Eucaristía ascendió desde el suelo en una custodia imponente.
INSTANTE X.
El más largo de todos. Lo escribe el obispo César Augusto Franco, que fue coordinador general de la JMJ de Madrid 2011. Tengo muchas anotaciones sobre su texto, porque dice muchas cosas interesantes. Que no te pasen por alto las estadísticas que ofrece. Muy llamativo también el hecho de que la JMJ de Manila, la única celebrada en Asia, fuera la más multitudinaria. No solo hay más gente en esa región del planeta, sino también mucha sed de Dios. Y ya para terminar con los diez instantes, me quedo con lo que dice el obispo César Augusto sobre la JMJ de Santiago de Compostela. Narra un encuentro con el papa en el Monte del Gozo que debió de ser muy parecido al de Cuatro Vientos. Hubo lluvia. No hubo tormenta eléctrica, pero sí mucho barro. Quizás para aquellas personas también fue un momento único e irrepetible.
Pironio, Eduardo F.
Voy a ir terminando con el análisis de este especial de Vida Nueva sobre el décimo aniversario de la JMJ de Madrid.
Renato Bocardo es Arzobispo de Spoleto-Norcia, una archidiócesis italiana. En su artículo de la página 44 nos explica sobre todo quién fue Eduardo Pironio y cuál fue su relación con San Juan Pablo II y las Jornadas Mundiales de la Juventud. Podemos leer que reflexionaba: “Estos jóvenes han llegado hasta la Santa Casa porque quieren cambiar la historia, aceptan el desafío del Papa de construir una Europa que, fiel a sus raíces, sepa hacerse cristianamente tierra de acogida, de solidaridad y de paz”. ¿Qué diría hoy día si nos viese, jugando a ser un territorio económico común mientras dejamos morir a hermanos de otros lugares, abandonándolos a su suerte en el mar o, casi peor, en sus tierras de origen?
La páginas 46 y 47 llevan un artículo excelente de Antonio Marujo. Profundiza en la próxima JMJ que tendrá lugar en Lisboa y plantea algunas cuestiones interesantes que no había leído en referencia a la JMJ de Madrid, quizás porque no estuve o porque no he encontrado los testimonios adecuados. La JMJ es anterior a la encíclica Laudato si’, pero quizás podríamos habernos anticipado a los signos de los tiempos. Americo Aguiar es el obispo auxiliar de Lisboa y explica que quieren dejar un legado muy Laudato si’: cualquier inversión destinada al evento debe ser ecológica. Muy al hilo se expresa Mafalda Pinto, que espera que la JMJ de Lisboa tenga un rol de concienciación ecológica para que al final no queden toneladas de residuos de plástico como ocurrió en Cuatro Vientos. También muy interesantes las declaraciones de Alfredo Teixeira, profesor de la Facultad de Teología de la Universidad Católica Portuguesa. Yo comparto por completo sus palabras que cierran el artículo: “Hay todo un universo de cuestiones que no están suficientemente presentes en la JMJ, más cercana al lenguaje pietista de algunas sensibilidades juveniles católicas, lamenta. De ahí que la Jornada deba garantizar la enorme pluralidad de las culturas juveniles y extender puentes a esos mundos”.
Repaso semanal
Sábado.El Mar Muerto podría desaparecer por la acción humana. El domingo podíamos leer una de esas informaciones muy cortitas, pero de las que se puede extraer una reflexión interesante. Desde la década de 1960, el nivel del Mar Muerto ha descendido 35 metros. Esto es muchísimo. Y de hecho, cuando estás allí lo puedes ver con tus ojos. Acuérdate de ello la próxima vez que un peregrino te traiga de Tierra Santa un frasco con sal del Mar Muerto. Y guárdala para las generaciones venideras, porque en unos años estará muerto del todo.
Domingo. Precisamente relacionado con lo anterior, en el Ángelus del domingo, Francisco se expresaba así: “Una sociedad que se centra en los intereses en lugar de en las personas en una sociedad que no genera vida”.
Lunes. ¿Has prestado atención al especial de la JMJ de hace un rato? Pues en el santuario mariano de Medjugorje se encuentran ahora celebrando el Festival de la Juventud (Mladifest). Por ese motivo, el papa Francisco ha dirigido unas palabras al santuario. Entre otras muchas cosas, dice así: “Tened el valor de vivir vuestra juventud confiando en el Señor y poniéndonos en camino con él. Dejaos conquistar por su mirada de amor que nos libera de la seducción de los ídolos, de las falsas riquezas que prometen vida pero traen la muerte”. Y ojo, porque entre esa seducción de los ídolos supongo que también incluye la elevación de María a la categoría de Diosa, dejando a Jesús en segundo o tercer lugar.
Martes. La Premio Nobel Donna Theo Strickland es nombrada como miembro ordinario de la Pontificia Academia de las Ciencias. Se trata de una profesora de Física Óptica en la Universidad de Waterloo que en 2018 recibió un premio Nobel por contribuir al desarrollo de un método para generar pulsos ópticos ultracortos de alta intensidad. No comprendo las bases, pero su aplicación se extiende a mejorar la cirugía ocular. Pues ojalá que su aporte nos ayude a mejorar la visión en ciertos aspectos eclesiales que permanecen borrosos y turbios.
Miércoles. Se incorporan dos nuevas científicas a las academias pontificias. Relacionado con la noticia anterior, el miércoles conocimos que una astrofísica y una antropóloga se incorporan a las academias de ciencias pontificias. Rescato la noticia porque nos trae al recuerdo y visibiliza el hecho de que juntos conseguimos más logros para transparentar el Reino de Dios en el aquí y el ahora.
Jueves. Una noticia que me ha llamado mucho la atención por lo que tenía de desconocida para mí. El jesuita Hanz Zolnler sugiere cárceles eclesiales para los abusadores. No se trata de construir estructuras que sustituyan a las cárceles ordinarias, sino que las complementen. Se refiere a un lugar en el que, una vez cumplida la pena de prisión, puedan ser acogidos, atendidos y además controlados estrictamente de forma voluntaria para evitar nuevas agresiones. Se trata de algo que requiere un largo proceso de reflexión para que no sea solo una buena idea, pero así, de buenas a primeras, opino que sería algo estupendo. Y, de hecho, descubro con sorpresa que ya hay experiencias similares en Estados Unidos. Léete el artículo firmado por Mateo González si quieres saber más sobre este asunto.
Otras voces
Terminamos con el repaso semanal y entramos en la sección a la que llamo Otras Voces. Hoy vamos a escuchar a José Luis Azorín, que es presbítero en una parroquia de Alicante, al este de España
Como te contaba hace un rato, el pliego central de este número me ha parecido estupendo, así que he seleccionado un par de preguntas de él y se las he lanzado a José Luís para que compartiera su visión personal sobre ellas. Yo le he preguntado:
Desde la perspectiva de los jóvenes, ¿qué pasos se visualizan en nuestro contexto eclesial a favor de una Iglesia concebida como Pueblo de Dios y experimentada como hogar? ¿Qué resistencias?
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