“Las ideologías pasan, los gobiernos pasan, pero la Iglesia permanece”. Es el mensaje que el cardenal Leopoldo Breneslazó durante la conmemoración del San Juan María Vianney en un mensaje televisado por la emisora de la Conferencia Episcopal nicaragüense. Respondía así a unas de las últimas provocaciones del régimen de Daniel Ortega, cuando el pasado 3 de agosto la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, señaló que los sacerdotes y obispos eran “iracundos, amargados y perversos”.
“Nosotros vamos a responderle (a la población) desde la palabra, acompañar a nuestro pueblo desde el evangelio, no con ideologías. El papa Francisco lo ha dicho muy bien: las ideologías pasan, los gobiernos pasan, pero la Iglesia permanece”, señaló Brenes. Para Murillo, lamentó que es difícil de ver como los pastores deberían ser “personas que se suponen deben promover amor, iracundos y amargados. Es difícil entender que alguien que tiene a Dios en su corazón pueda mostrarse iracundo y amargado cuando algo no le parece por cualquier razón que sea, y a veces por capricho o por egoísmo. Es difícil ver esos rostros amargados que no reflejan a Dios”.
Por su porte el cardenal, defendió a los presbíteros: “Creo que hoy más que nunca (debemos acompañar al pueblo) en todos los sufrimientos, en todas las situaciones políticas, sociales, económicas, el problema de la pandemia. Creo que la gran misión de la Iglesia, de nosotros como sacerdotes, es acompañar a este pueblo en todas las situaciones, entonces no podemos enmarcarnos en un determinado momento de la historia”.