Profesor de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia Comillas, José Ramón Busto, SJ fue reconocido en junio con un Premio Carisma de la CONFER por “su dedicación incansable, inspiradora y de calidad, a la formación e investigación en el campo de la exégesis bíblica durante cuarenta y tres años”. Precisamente, este curso ha sido su último de docencia antes de irse a Salamanca, donde lo ha destinado su provincial. Vida Nueva conversa con él en plena mudanza.
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PREGUNTA.- En una cultura movida por las modas, ¿la Biblia sigue siendo actual?
RESPUESTA.- La Biblia es actual, primero, porque es el principal monumento literario del Antiguo Oriente y de toda la literatura de la antigüedad. La Biblia es un clásico y todos los clásicos son actuales porque iluminan la condición humana. La cultura occidental está enraizada en la Biblia y todo ser vivo a quien se le separa de sus raíces muere. En segundo lugar, la Biblia contiene los textos fundacionales del judaísmo y del cristianismo y quien quiera conocer estas dos religiones ha de acudir a la Biblia. Finalmente, para los creyentes la Biblia contiene la Palabra de Dios que revela al hombre no solo lo que Dios es sino también lo que el hombre es. Para conocer a Dios y para conocer en qué consiste ser hombre es imprescindible conocer la Biblia.
P.- ¿Qué nota ponemos a los fieles en su conocimiento de la Biblia?
R.- Tras el concilio Vaticano II ha crecido entre los cristianos de tradición católica su interés por el conocimiento de la Biblia. Pero me parece que este interés se mantiene casi exclusivamente en los grupos eclesiales más conscientes. Es comprensible, pues hace falta tiempo para superar los largos siglos de historia en que los católicos no leían la Biblia por reacción a la reforma protestante que puso uno de sus acentos precisamente en la escucha de la Palabra divina.
Una teología que responda a los problemas
P.- ¿La teología responde hoy a las necesidades del mundo?
R.- Responder a las necesidades del hombre actual es una dimensión ineludible de la teología. Ha de hacer accesible la fe a los hombres de nuestro tiempo respondiendo a su problemática y a sus necesidades. En mi opinión la mejor teología actual lo hace con competencia y de modo útil para que los hombres y mujeres puedan responder a las exigencias del mundo de hoy.
P.- ¿Está todo dicho en los estudios bíblicos sobre Jesús o quedan innovaciones por hacer?
R.- Los estudios bíblicos son mucho más amplios que el estudio sobre la historia de Jesús. Es verdad que a finales del siglo XX la investigación sobre la historia de Jesús llegó a un punto de cierta saturación como demuestran los numerosos estudios publicados. Pero queda todavía mucho que estudiar y profundizar sobre la experiencia histórica del pueblo de Israel y sobre la experiencia cristiana de las primeras comunidades. Y además queda pendiente la divulgación del mensaje de la Sagrada Escritura y su aplicación a cada momento de nuestra existencia personal y colectiva.
P.- ¿Se puede ser pastor sin ser un buen teólogo?
R.- Todo pastor ha de anunciar la fe a su comunidad y alentar su compromiso con el mundo. Precisamente la labor de la teología es formular la fe de modo comprensible y mostrar la razonabilidad de su misterio. De modo que no todo pastor ha de ser un teólogo profesional, pero todo pastor necesita de la teología para desarrollar su misión. Obviamente no de un modo arqueológico sino de un modo vivo y capaz de alimentar la vida y la acción de la comunidad cristiana.