Madrid ha vuelto a celebrar la fiesta de la Virgen de la Paloma, la considerada patrona castiza de la villa –con permiso de la Almudena–. El cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, ha presidido la celebración principal a las 13:00 h. Una celebración en la que ha estado acompañado por el cardenal venezolano Baltazar Enrique Porras. el purpurado no ha dejado de recordar la tragedia que la parroquia ha vivido el pasado mes de enero con la explosión de unos de sus edificios. “La explosión de gas que derribó la casa parroquial y acabó con la vida del padre Rubén, sacerdote al que había ordenado hacía muy pocos meses, de los padres de familia David y Javier, y de Stefko, de nacionalidad búlgara. Vaya para ellos nuestro recuerdo y nuestra oración”, señaló al comienzo de su homilía.
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“No eliminemos a Dios de la vida”
“Especialmente en este momento de dificultades por la pandemia, en un tiempo en el que la libertad y la dignidad de la persona humana también se ven cuestionadas en muchos lugares, vemos la necesidad y la urgencia de alguien que nos dé una Luz diferente”, apuntó el cardenal. Ante estas dificultades, Osoro destacó algunas actitudes a partir del cuadro de la Virgen, que “vive un modo nuevo de caminar por el mundo”. “No caigamos en la tentación de hacer de nuestra ciudad una ciudad muerta, sin sentido, sin arraigos, sin motivaciones, sin historia. No eliminemos a Dios de la vida, que es la tentación de una civilización sin entrañas y sin amor. Dios es Alguien que está entre nosotros; el ser humano tiene un deseo innato de abrirse más y más hasta encontrarse con quien sabe que lo ama”, advirtió.
“Demos a los niños y a los jóvenes lo que necesitan para crecer en todas las dimensiones de sus vidas. Quitar raíces a un pueblo es destruirlo, es matar su vida. Y las raíces no son las que nosotros ponemos, son las que tenemos y con las que nacemos que nos las ha dado Dios mismo: hay un deseo innato en el ser humano de Dios”, recomendó el purpurado. Por ello, propuso: “Escuchemos a las gentes en las calles, en los hospitales, en las residencias de ancianos, en las colas de parados, en los comedores sociales y en las Cáritas parroquiales, escuchemos a quienes llegan de otros lugares del mundo por circunstancias muy diversas… Acerquémonos a las personas, escuchemos lo que hay en su corazón. ¡Qué vacíos experimenta el ser humano! No hagamos teorías, no ofrezcamos baratijas que son pan para hoy y hambre para mañana”.
“Hagamos lo que siempre hizo Madrid: demos Vida a quienes están aquí y vienen aquí”, señaló. En este sentido, confesó Osoro: “He sido obispo de cuatro diócesis y puedo deciros que la Iglesia en Madrid es por excelencia la más misionera. Lo que se hace aquí repercute en todos los lugares”.
Tras un año marcado por la pandemia y por la explosión que derribó un edificio de la @ParroquiaPaloma y acabó con cuatro vidas, Madrid se pone una vez más en manos y bajo el manto de la Virgen de la Paloma. Madre, enséñanos a vivir como hijos de Dios y hermanos de todos.
— Carlos Osoro Sierra (@cardenalosoro) August 15, 2021
Tradición de solidaridad y apoyo
“Vive un modo diferente de relacionarte”, recomendó siguiendo la meditación sobre el cuadro. “Pensemos en las múltiples congregaciones, asociaciones e instituciones nacidas aquí en Madrid y que han ido construyendo la civilización del amor”, destacó Osoro señalando el ejemplo de los santos madrileños.
Para el cardenal, María “vive una mirada nueva sobre la realidad”, como Madrid que “sigue recibiendo a personas” de todas partes. “Correspondamos a nuestra tradición de solidaridad y apoyo con quienes se encuentran a la deriva de un mundo en conflicto. No podemos tratar a las personas como juguetes aprisionados por conflictos internacionales. Nunca lo hizo Madrid”, destacó. “En mi calidad de obispo apelo a mi comunidad rezando y pidiendo un espíritu generoso, sentido de misericordia a todos los que tienen necesidad de protección y de cuidados, y confío en que nuestro país tome decisiones respetuosas respecto a las cuestiones que afectan a refugiados y migrantes. Nuestras convicciones religiosas y nuestra historia nos exhortan a cumplir este propósito”, concluyó.
Sin procesión, pero con bajada del cuadro
La misa solemne de la Virgen de la Paloma ha seguido marcada con las restricciones de la pandemia. Junto al cardenal han estado representantes de la Real Congregación de la Santísima Virgen de la Paloma, el coro de niños de la parroquia dirigido por Nuria Aboitiz, la Fraternidad de Donantes y Trasplantes Virgen de la Paloma, algunos miembros del Cuerpo de Bomberos, así como autoridades como la presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Ayuso, el alcalde José Luis Martínez-Almeida o la vicealcaldesa Begoña Villacís; así como un andero, una florista y un matrimonio de castizos.
El bombero Jesús Rodríguez, con motivo de sus 30 años de profesión, ha sido el encargado de la bajada del cuadro de la Virgen de la Paloma para su veneración a lo largo de la tarde. La procesión será sustituida por el rezo del rosario por el cardenal Osoro a las 19:00 h. y un homenaje artístico a la Virgen con la cantante Mari Pepa de Chamberí –habitual de la profesión– y unos fandanguillos de Huelva compuestos para la ocasión. A las 20:00 h. los bomberos subirán de nuevo el cuadro al retablo. Tras la explosión del edificio de la calle Toledo el pasado 20 de enero, la entrada al templo se hará por la puerta principal.