Tan solo en la Ciudad de México reparte semanalmente mil comidas y proporciona, entre otros servicios, orientación sobre cuidados y vacunación
Desde el inicio de la pandemia, la comunidad cristiana de Sant’Egidio en México no ha dejado de atender a personas vulnerables, como hermanos en situación de calle, ancianos, indígenas que trabajan en el comercio informal, desempleados a causa de la crisis económica, etc. Y en esta tercera ola de Covid-19, se mantiene firme en su misión, incluso a pesar de que también se ha visto afectado por la crisis sanitaria.
En México, hasta el momento, se han registrado más de tres millones de contagios de SARS-CoV2 y 248,652 defunciones. De los 32 estados del país, 7 se mantienen en máximo riesgo, 15 en riesgo alto, 9 en medio y solo uno en bajo.
En ese contexto, Sant’Egidio en la Ciudad de México continúa desempeñando su trabajo, repartiendo semanalmente de mil a mil 300 comidas y proporcionando, entre otros servicios, orientación en cuanto a cuidados por Covid-19 y vacunación.
En entrevista para Vida Nueva, César Cárdenas, secretario para la Comunidad de Sant’Egidio México, explicó que cuando el movimiento recibe una persona con síntomas relacionados con Covid-19 se le orienta en cuanto a las unidades médicas a las que puede acudir. También apoya en el registro para la vacunación y anima a las personas a que vayan a vacunarse.
Además, Sant’Egidio ofrece a la semana dos días de servicio médico de forma gratuita, en coordinación con Cáritas de la Arquidiócesis de México. Se atiende en promedio a unas 40 personas.
“Muchos de los pobres a los que vemos, viven en condiciones muy precarias (…) Sí hemos llegado a saber de algunos que han tenido Covid-19 y han salido adelante, así como de otros tantos que tristemente nos enteramos que han fallecido (…) hemos sabido también de voluntarios o gente que nos dona, que también han llegado a contagiarse; yo, por ejemplo, me enfermé en noviembre del año pasado”, añadió.
Actualmente el punto de mayor apoyo que tiene Sant’Egidio es en la colonia Roma, donde además de comida, la comunidad ofrece servicio dental de urgencia. También tiene presencia en las siguientes zonas de la Ciudad de México: Santa Úrsula Xitla (alimento y escuela de la paz); Pueblo Quieto, Tlalpan (alimento); San Rafael (personas en situación de calle); Mixcoac (ancianos y personas en situación de calle); Ajusco (comida y compañía en algunos asilos); en Barranca del Muerto y Tasqueña (jóvenes en situación de calle).
Para César Cárdenas, una forma importante de revertir la situación crítica que se vive en Ciudad de México con la pandemia, y que afecta principalmente a los más pobres, es ser más solidarios y compartir.
El movimiento actualmente tiene problemas para ofrecer alimentación, servicio médico y medicinas, ya que muchas personas han quedado fuera del sistema de salud porque las consultas no están siendo atendidas.
“Para todo ello –dice– se requiere el recurso humano, los médicos, los voluntarios y el dinero, que se logra gracias a la solidaridad de la gente, que da un poco de su tiempo, su esfuerzo y su recurso“.
Para quienes profesan la fe en Cristo, Cárdenas considera que es un deber que tienen con los pobres; “podemos encontrar siempre a Jesús incluso en la enfermedad, sirviendo a los pobres, teniendo un acercamiento más humano. Estar cerca del dolor humano siempre nos ha enseñado a aprender mucho de la vida, a acercarnos a Dios, a encontrarlo en situaciones donde parece que no podría existir, incluso en el dolor, la enfermedad, y eso es lo valioso y lo que tratamos de hacer como Iglesia”.