“Pero prefiero asumir mi responsabilidad moral afrontándola y no trasladando mi responsabilidad a los demás”. Con estas palabras hace balance de la visita apostólica ordenada por el Vaticano el arzobispo de Colonia, el cardenal Rainer Maria Woelki. A la espera de los resultados reconoce que la decisión de enciar dos emisarios por parte del papa Francisco fue un “procedimiento justo y bueno”.
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Dimisión en la mente
“Cuando se conoció un nuevo caso de abusos, me dije espontáneamente que lo único que puedo ofrecer ahora es mi dimisión, para que, como responsable actual de la archidiócesis, pueda asumir también la responsabilidad institucional por el delito y el fracaso de los años anteriores”, declaró al periódico Bonner Generalanzeiger haciendo referencia a la crisis vivida el pasado invierno.
“El Vaticano se ha hecho cargo del asunto por iniciativa propia y, por lo tanto, ahora también tiene la obligación de hacer una declaración adecuada con respecto a todas las personas afectadas. No es aceptable tardar meses y dejar a la gente en la incertidumbre”, confía el cardenal que en una semana cumplirá 65 años. Ante la gestión del último caso y las acusaciones de falta de trasparencia, señala que confiarán “la tramitación a una comisión independiente formada por abogados, psicólogos y médicos, entre otros, y estamos a la espera de que el Estado tome las medidas necesarias. Desde nuestro punto de vista, esto podría haberse hecho hace semanas”, señala al mismo periódico alemán según recoge la web Katholisch.de.