Mestre agradeció la tarea de los catequistas y pidió mantener la llama divina para anunciar a Jesús vivo
“¡Gracias, gracias y más gracias por la generosa entrega vocacional que siguen realizando en este tiempo de pandemia al servicio de nuestras comunidades!”. Con estas palabras, Gabriel Mestre, obispo de Mar del Plata saludó a los catequistas que celebrarán su día este sábado.
Recordó las palabras del apóstol San Pablo a Timoteo en las que le recomiendo reavivar el don de Dios que recibió por la imposición de sus manos (2 Tim 1,6). De este consejo, el obispo rescató dos palabras: “reavives” y “don”.
Con respecto al don, refirió la cantidad de veces que aparece en el Nuevo Testamento y que alude a la riqueza de carismas que hay en la Iglesia.
Sobre el carisma de los catequistas expresó que es bello y necesario, y el papa Francisco lo manifestó al instituirlo oficialmente como un ministerio laical. “El catequista sólo puede ser fecundo viviendo en comunión de vida con aquel don recibido” (cf. AntMin 1b), expresó el titular de Mar del Plata.
Asimismo, mencionó que la palabra griega ‘anazopyrien’, que aparece en el Evangelio, significa capacidad de reavivar, etimológicamente, refiere a la repetición y al fuego, “lo que está ardiendo con fuerza, lo incandescente, lo intenso”.
Mestre expuso que todos estamos invitados a reavivar el carisma catequístico que hemos recibido, que el fuego que recibimos de Dios esté siempre en movimiento, sea intenso y ardiente, para brindar a los demás, con palabras y obras, la riqueza de la fe.
El obispo señaló que renovarse como catequistas significa mantener activa y presente la llama divina en nuestras vidas, para anunciar que Cristo está vivo y nos quiere vivos. “Para reavivar nuestro carisma y ser catequistas coherentes y responsables, siempre será necesaria la oración, el estudio y la vida de la comunidad como nos recuerda el querido Papa Francisco (cf. AntMin 6b)”, añadió.
En el marco sinodal que transcurre la diócesis, el prelado acentuó que reavivar el carisma es renovar, tanto la evangelización como la catequesis. Y resaltó la necesidad de “reavivarnos como humildes testigos de la fe; como acompañantes y pedagogos, con capacidad madura de escucha (cf. AntMin 6b)”.
Finalmente, el titular marplatense reiteró: “¡Que estemos siempre todos reavivando el don que hemos recibido por gracia de Dios, para renovar la evangelización y la catequesis!”.