Donne Chiesa Mondo

Marisa Manzini: “La mafia usa los ritos religiosos”





Está el capo fugitivo que guarda en su búnker subterráneo la imagen de la Virgen enmarcada en oro. Está la viuda de ‘Ndrangheta que le ruega a la Virgen que revele los nombres de los asesinos de su marido para que sus hijos puedan vengarlo. Y está el asesino que invoca la bendición de María antes de empuñar las armas.



Sobre la figura de la Virgen se extienden “los lazos de la mafia”, como los definió el Papa Francisco. Y sucede especialmente en Calabria. Allí, en las trincheras judiciales más cercanas al campo de batalla contra la ‘Ndrangheta, está Marisa Manzini, la magistrada que fue elegida por la Pontificia Academia Mariana Internacional entre los expertos del recién nacido Departamento de análisis y estudio de los fenómenos criminales y mafiosos.

Manzini, de Piamonte, que también fue consultora de la comisión de investigación sobre la mafia del Parlamento italiano, es ahora fiscal adjunta en el tribunal de Cosenza. Cuenta su experiencia a “Mujeres, Iglesia, Mundo”.

PREGUNTA.- ¿Cuál es su balance en el grupo de la PAMI?

RESPUESTA.- En estos primeros meses se desarrolló un proyecto de divulgación con el objetivo de dar a conocer qué es la mafia y qué es la ‘Ndrangheta. Hemos trabajado en seminarios abiertos para un público amplio, incluidos empresarios, porque en este momento histórico con las dificultades creadas por la pandemia, la táctica de la ‘Ndrangheta de infiltrarse en la economía ha sido especialmente peligrosa.

Después empezamos a examinar la capacidad de las mafias para obtener consensos, explotando los valores conocidos por todos los ciudadanos, como los valores religiosos. Somos una nación cristiana y católica. Conocemos los códigos de la Iglesia y sus valores. La ‘Ndrangheta, y las mafias en general, utilizan ritos, ceremonias y símbolos religiosos para crearse una buena imagen.

P.- El 15 de agosto de 2020, en una carta dirigida a la Academia Mariana en la fiesta de la Asunción, el Papa escribió que es necesario “liberar a Nuestra Señora de los lazos de la mafia”. ¿Cómo explica el interés de estas organizaciones criminales por la figura de María?

R.- He pensado mucho, y no solo yo, en los motivos de esta especial predilección de la ‘Ndrangheta por la figura de la Virgen. Creo que la respuesta hay que buscarla en la particularidad de esta organización criminal. La ‘Ndrangheta, a diferencia de otras mafias, está basada en lazos familiares. Dentro de la familia, la mujer tiene un papel importante: genera a las personas que formarán el ejército de la ‘Ndrangheta, transmite los valores negativos de la mafia a sus hijos, protege la unidad familiar y garantiza su unidad.

P.- ¿Por eso dan atribuciones similares a Nuestra Señora?

R.- Sí, creo que los miembros de la ‘Ndrangheta identifican a la Madre de Cristo como Aquella que puede proteger el núcleo familiar, unificándolo y recomponiendo, también a través de la venganza, las fracturas que se crean dentro de ese núcleo. Es una función importante. Se ha creído que las mujeres dentro de las familias de la ‘Ndrangheta tienen un papel secundario y no es así. Aunque la organización esté dominada por hombres y los delitos más atroces se confíen a los hombres, la mujer juega un papel decisivo para asegurar la unidad y la complicidad de la unidad familiar.

Asesinos de fe

P.- Se sabe que la ‘Ndrangheta celebraba tradicionalmente sus ritos y reuniones en el Santuario de la Madonna di Polsi, un lugar que considera sagrado. ¿Sigue siendo así?

R.- Por desgracia, tenemos el gravísimo precedente del padre Pino Strangio, rector del Santuario y párroco de San Luca, municipio donde se ubica el Santuario, que fue acusado de pertenecer a la organización mafiosa. En 2017, el obispo de Locri aceptó su solicitud de dispensa del cargo, y de forma muy clara pidió al nuevo rector, el padre Tonino Saraco, que devolviera ese lugar sagrado a los fieles.

P.- A la ostentación pública se une la exhibición privada de la devoción. En el búnker subterráneo donde se escondía el jefe calabrés Nicolino Grande Aracri se encontró una pintura con un llamativo marco dorado que representaba a la Madonna di Polsi.

R.- Y no se encontró solo esa imagen. En el registro de la casa, también descubrieron una estatua de la Virgen, una de San Miguel Arcángel y muchas estampitas. De una manera distorsionada, inaceptable para cualquiera que conozca la religión cristiana, probablemente Grande Aracri se sienta un hombre religioso. Repito, para nosotros es inaceptable, pero es así.

P.- Un poco como los hermanos Graviano que se santiguaban antes de sentarse a la mesa después de haber ordenado matar al párroco de Palermo, Pino Puglisi.

R.- Recuerdo a una mujer calabresa porque me llamó mucho la atención. Se llamaba Giuseppina Iacopetta y su esposo había sido asesinado. En una escucha oí cómo rezaba a Nuestra Señora para que ayudara a sus hijos a encontrar a los asesinos de su padre, para que la sangre de esos hombres pudiera llegar hasta sus pies. Realmente rezaba a Nuestra Señora con convicción.

Bautismo delictivo

P.- Usted es piamontesa, pero ha pasado casi toda su experiencia profesional como magistrada en Calabria. ¿Cuándo se dio cuenta de esta perversión de la ‘Ndrangheta que usa la religión para conseguir apoyos?

R.- Trabajaba en un juzgado en Turín en 1992, el año de las masacres de la mafia. Como todos los aprendices que amábamos el Derecho penal, me impactó tanto el asesinato de Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, que decidí que quería tener una experiencia en el Sur. Siguiendo el consejo de un colega mayor, elegí Calabria.

Empecé en Lamezia Terme estudiando el fenómeno de la ‘Ndrangheta, leyendo las declaraciones de los colaboradores de la justicia, interrogándolos… Enseguida me di cuenta de la forma en que explotan la religión. Baste decir que la inserción en la familia delictiva se realiza a través de una ceremonia que se denomina “bautismo”.

P.- En junio de 2014, el Papa eligió Calabria para pronunciar su excomunión contra la mafia. ¿Qué eco tuvieron esas palabras especialmente en el seno de la organización criminal?

R.- Fue un grito que nos permitió tomar conciencia. Esas palabras provocaron un gran impacto entre los obispos y en la Iglesia. Los obispos de Calabria han adoptado una postura muy clara contra la instrumentalización de la religión que hace la ‘Ndrangheta. Pero la mafia no ha dejado de no hacer lo que hace.

En 2014, durante una procesión, desviaron el paso de la Virgen hasta la casa de un capo en Oppido Mamertina, una ciudad de la provincia de Reggio Calabria. En esa ocasión, el obispo reaccionó de inmediato impidiendo las procesiones si se iban a convertir en una ocasión para plegarse a los deseos de la ‘Ndrangheta.

Aferrarse a los valores

P.- Has publicado un libro titulado “Cállate que ya has hablado demasiado”. Es una frase de un capo, Pantaleone Mancuso, dirigida a un magistrado. ¿Qué tan efectiva es la palabra contra la ‘Ndrangheta?

R.- Yo era esa magistrada. Acababa de interrogar a un colaborador de la justicia cuando Mancuso empezó a arremeter contra mí. Sus palabras eran para mí, pero, sobre todo, para la comunidad entera. El capo, que está encarcelado bajo el régimen más duro, hablaba por videoconferencia y aprovechó la ocasión para enviar así un mensaje claro a quien lo escuchaba: cuidado que sigo siendo el capo. La mafia y la ‘Ndrangheta tienen miedo a las palabras. Su ley es el silencio, por eso, quien habla abre las puertas de ese mundo desde dentro.

P.- Por primera vez en la historia de la Iglesia ha sido proclamado beato un juez víctima de la mafia, Rosario Livatino. ¿Cómo ha vivido esa beatificación?

R.- Soy creyente y todo lo que he hecho en mi vida lo he hecho con la conciencia de que hay valores a los que debemos aferrarnos. Por eso, la beatificación de Livatino, un magistrado que fue ante todo una persona de fe, ha supuesto una gran alegría para mí. Para quienes ejercen mi profesión, representa una luz que nos guía.

*Entrevista original publicado en el número de julio de 2021 de Donne Chiesa Mondo. Traducción de Vida Nueva

Compartir
Etiquetas: Italiamafia
Noticias relacionadas










El Podcast de Vida Nueva