“No tengamos miedo de decir y sentir la verdad. Actuar de otra manera significa poner en peligro la unidad” de los católicos, advierte Francisco durante su catequesis en el Aula Pablo VI del Vaticano
Para el papa Francisco resulta “particularmente detestable la hipocresía en la Iglesia”. En la audiencia general que presidió este miércoles en el Aula Pablo VI del Vaticano ante varios centenares de fieles, el Pontífice reconoció que existen “muchos cristianos y ministros hipócritas” y recordó cómo Jesús “condena” esta actitud. “No tengamos miedo de decir y sentir la verdad. Así podremos amar. Un hipócrita no sabe amar. Actuar de otra manera significa poner en peligro la unidad en la Iglesia, por la cual el Señor mismo ha rezado”, dijo a los fieles.
En su alocución, enmarcada en su ciclo de catequesis sobre la Carta a los Gálatas de san Pablo, Jorge Mario Bergoglio recordó el sorprendente hecho en el que el apóstol corrige a Pedro porque, con su forma de actuar, “no clara, no transparente, creaba de hecho una división injusta en la comunidad”. Con aquel reproche Pablo pone de manifiesto el comportamiento hipócrita de algunos cristianos, “que pretende combatir con fuerza y convicción”.
Tras recordar cómo Pablo era “recto” pese a que tenía “muchos defectos” y “un carácter terrible”, el Papa ofreció a los fieles y peregrinos presentes una explicación de qué es la hipocresía. “Se puede decir que es miedo por la verdad. Se prefiere fingir en vez de ser uno mismo. Es como maquillarse el alma, la actitud, el modo de proceder. No es la verdad”, dijo.
A continuación denunció cómo esa ficción “impide la valentía de decir abiertamente la verdad y así se escapa fácilmente a la obligación de decirla siempre, sea donde sea y a pesar de todo”. Se llega de esta manera a las “medias verdades”, que son “una ficción” y “un modo de actuar no verdadero”. Francisco ahondó en su crítica al asegurar que “en un ambiente donde las relaciones interpersonales son vividas bajo la bandera del formalismo, se difunde fácilmente el virus de la hipocresía”. Mostrando a los fieles una divertida mueca, dijo que “las sonrisas así no vienen del corazón”.
Jesucristo, subrayó el Papa, “reprende fuertemente a aquellos que aparecen justos al externo, pero dentro están llenos de falsedad y de iniquidad”. Continuó advirtiendo que el hipócrita “es una persona que finge, adula y engaña porque vive con una máscara en el rostro y no tiene el valor de enfrentarse a la verdad”. Es por ello que “no es capaz de amar verdaderamente”, se limita a “vivir de egoísmo” y no tiene la fuerza para “demostrar con transparencia su corazón”. Estas situaciones se dan tanto en la Iglesia como en los lugares de trabajo y en la política, donde “no es inusual encontrar hipócritas que viven un desdoblamiento entre lo público y lo privado”.
En sus saludos al final de la catequesis, Francisco recordó que el día anterior habían comenzado los Juegos Paralímpicos de Tokio y mostró su agradecimiento a los atletas por el “testimonio de esperanza y coraje” que ofrecen. “Manifiestan cómo el esfuerzo deportivo ayuda a superar dificultades aparentemente insuperables”, dijo.