Maria Cristina Mocellin: ¿una madre de familia santa?

El Papa ha reconocido hoy también las virtudes heroicas de Enrica Beltrame Quattrocchi y Plácido Cortese

Maria Cristina Mocellin: ¿una madre de familia santa?

Tras la audiencia de hoy con el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Marcello Semeraro, el papa Francisco ha autorizado que se promulguen los Decretos relativos a las virtudes heroicas de tres nuevos ‘venerables’ italianos: María Cristina Cella Mocellin, Enrichetta Beltrame Quattrocchi y el hermano Plácido Cortese.



Mocellin destaca por ser una de esas ‘santas’ cotidianas, de ‘la puerta de al lado’, de la cual la Iglesia ahora abre su camino a los altares por su manera de vivir la vida familiar y el sacramento del matrimonio. Si bien inició en los años de bachillerato el camino de discernimiento vocacional en la comunidad de las Hijas de María Auxiliadora de Don Bosco, conoció a quien sería su marido, Carlo, cuando tenía 16 años, sintiéndose llamada para el matrimonio.

Apenas dos años después le descubrieron un sarcoma en la pierna izquierda, cuyos tratamientos retrasaron su graduado y su matrimonio con Carlo, que finalmente llegaría en 1991. Tuvieron dos hijos, pero, al quedar embarazada del tercero, Riccardo, Maria Cristina descubre que la enfermedad ha reaparecido, y su tratamiento podía poner en peligro su embarazo.

En una carta a Riccardo, relata aquel momento que le ha ganado la fama de santidad: “Me opuse con todas mis fuerzas a renunciar a ti, tanto que el médico ya lo entendió todo y no dijo nada más. Riccardo, eres un regalo para nosotros. Fue esa noche, en el coche cuando volvía del hospital, cuando te moviste por primera vez. Parecía que me estabas diciendo ¡gracias mamá por quererme!. ¿Y cómo podríamos no quererte? Eres precioso, y cuando te miro y te veo tan bello, vivaz, simpático, pienso que no hay sufrimiento en el mundo que no valga la pena soportar por un hijo”. María Cristina falleció en 1995, a los 26 años.

Camino a la santidad

Por otro lado, 9 años después de su muerte en Roma, la Iglesia ha reconocido las virtudes heroicas de Enrica Beltrame Quattrocchi, la última hija del Beato Luigi Beltrame Quattrocchi y Maria Corsini, una familia que ha vivido un camino de santidad demostrando, tal como dijo Juan Pablo II durante su beatificación en 2001, que este “es posible, es hermoso, es extraordinariamente fecundo y es fundamental para el bien de la familia, la Iglesia y la sociedad”.

Asimismo, el Papa ha reconocido las virtudes heroicas del fraile menor franciscano Plácido Cortese, quien fue asesinado por la Gestapo por ayudar a escapar a prisioneros aliados y personas perseguidas por los nazis.

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