El Vaticano ha concluido finalmente que las acusaciones de abuso sexual formuladas contra Nicholas DiMarzio, obispo de Brooklyn no se ajustan a la realidad. Así lo anunciaba ayer el arzobispo de Nueva York, el cardenal Timothy Dolan en declaraciones recogidas por Associated Press y en las que subraya que la Santa Sede ha dado ya por concluida la investigación. Por su parte, el abogado de los denunciantes –dos hombres que han acusado al obispo de abusar de ellos hace 50 años, cuando era sacerdote en Nueva Jersey– ha asegurado que continuará con la causa por la vía civil.
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DiMarzio ha negado en todo momento las acusaciones. “Repito lo que he dicho desde el principio”, ha escrito el prelado en su cuenta de Facebook. No hay verdad en estas acusaciones. A lo largo de mis más de 50 años de ministerio como sacerdote, nunca he abusado de nadie“. “Como prometí”, continúa, “cooperé plenamente con esta investigación porque sé que no hice nada malo. He orado por una conclusión de esta investigación, y estos resultados finales verifican aún más, como he dicho constantemente, que estas acusaciones no tienen absolutamente ningún rédito”.
Asimismo, ha admitido que “los últimos casi dos años han sido un desafío para nuestra Diócesis de Brooklyn y Queens” debido a la sobra del abuso que planea sobre él desde 2019. “Les pido sus oraciones mientras continúo luchando contra las demandas civiles derivadas de estas dos acusaciones, y ahora espero limpiar mi nombre en los tribunales estatales de Nueva Jersey”.
Un agente del FBI en la investigación
Samier Tadros, una de las presuntas víctimas, asegura que los abusos comenzaron cuando él tenía 6 años y formaba parte de la comunidad de Holy Rosary Church en Jersey City, y ha pedido a modo de compensación el pago de 20 millones de dólares.
“Las investigaciones en torno a la credibilidad de mis clientes fueron subjetivas y parcializadas porque fueron controladas y pagadas por la Iglesia Católica”, ha señalado el abogado, Mitchell Garabedian, quien ha acusado a la Congregación para la Doctrina de la Fe, encargada de emitir la conclusión del Vaticano, de dedicarse “a continuar el ocultamiento de los abusos sexuales por parte de curas mediante el ocultamiento de la verdad”.
Sin embargo, Dolan contrató directamente a un bufete de abogados para investigar a las denuncias contra DiMarzio. Una investigación que ha estado en manos del exdirector del FBI Louis Freeh. Sus conclusiones se enviaron a la Congregación de la Doctrina de la Fe, que finalmente ha determinado que las denuncias eran infundadas.
