En los meses de verano, la Caridad Apostólica no se ha cogido vacaciones. Y es que, tal como han anunciado desde la Limosnería vaticana, además de continuar con la ayuda que se brinda de forma habitual, se han hecho otros “pequeños gestos evangélicos para ayudar y dar esperanza a miles de personas que están en las cárceles de Roma”. Ejemplo de ello ha sido la particular visita que ha hecho el cardenal Konrad Krajewski, limosnero del Papa, a las prisiones de Regina Coeli y los de Rebibbia, donde entregó 15.000 helados a los presos.
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Asimismo, como cada año, se han retomado las excursiones a la playa en las que el cardenal acompaña a varios grupos de personas sin hogar de la capital a una zona costera cercana a Castel Gandolfo para pasar con ellos “una tarde de relajación y una cena en una pizzería”.
Inversión en África
Por otro lado, se han desarrollado las obras de caridad también en otros países por medio de la mediación de los Nuncios Apostólicos. “Reciben medicamentos, respiradores y otro material médico enviado directamente desde el Vaticano por correo diplomático de la Santa Sede”, apuntan desde la Limosnería.
Solo en el mes de agosto, por ejemplo, se compró un tomógrafo para Madagascar, de valor de aproximadamente 600,000 dólares. Del mismo modo, se ha invertido, solo en este mes, la cantidad de casi 2.000.000 de euros para la adecuación, reacondicionamiento y construcción de centros sanitarios en tres de los países más pobres de África.