Comillas abre el curso académico con el compromiso de crecer en investigación

  • El rector, Enrique Sanz, destacó en su alocución la importancia de la formación integral de los alumnos
  • Federico de Montalvo, en la lección inaugural, insistió en que “a la democracia no se la quiere, se la necesita”
  • La misa previa estuvo presidida por el cardenal Osoro, que pidió “derramar amor sobre el mundo”

Apertura del Curso 2021-2022 en la Universidad Pontificia Comillas

La Universidad Pontificia Comillas ha dado hoy inicio oficial al curso académico 2021-2022. Un curso que, según expresó el rector, Enrique Sanz Giménez-Rico, SJ, es una oportunidad para “mirar adelante con ilusión, apertura, cuidado, responsabilidad y esperanza”. También pidió vivir los tiempos que vienen “de una manera plena, desarrollando todos nuestros talentos y capacidades, y todo lo que nos configura y caracteriza”.



El rector también recordó la importancia de la formación integral de los estudiantes. Así, señaló la importancia de la innovación docente; la investigación, y la organización y transformación digital, impulsando el cuidado de la persona para promover su desarrollo, la eficiencia y mejora continua.

Sanz se comprometió a “mantener los altos estándares que la universidad ha demostrado en materia de calidad, a seguir cuidando la selección de profesorado, a reforzar los espacios dedicados a docencia e investigación potenciando la innovación y digitalización, y a intensificar el impulso en la obtención de resultados investigadores en forma de publicaciones reconocidas”.

El rector subrayó además la importancia de que Comillas esté alineada con la identidad y misión de los centros superiores de la Compañía de Jesús, especialmente de UNIJES.

‘Mentiras, pandemia y Estado de Derechos’

La lección inaugural corrió a cargo de Federico de Montalvo, profesor de la Facultad de Derecho de Comillas ICADE y presidente del Comité de Bioética de España. Bajo el título de ‘Mentiras, pandemia y Estado de Derechos’, destacó cómo “las sólidas afirmaciones del pasado son permanentemente puestas en entredicho por la realidad política y social”. Nos hallaríamos incluso ante una verdadera crisis de la democracia representativa, lo que le llevó a exclamar: “A la democracia no se la quiere, se la necesita”.

De Montalvo denunció asimismo el utilitarismo imperante, que concede poca relevancia a los valores y derechos humanos a la hora de decidir; el dilematismo, que transforma problemas en dilemas y quita espacio a la reflexión sobre valores; y el cientifismo, que reduciría los problemas éticos a meros problemas técnicos.

El profesor concluyó su lección llamando a la esperanza, porque “toda crisis conlleva una posibilidad de mejora”. Y lo hizo otorgando un papel relevante a las humanidades, más allá de un paradigma utilitarista y tecno-optimista, que persigue construir una persona íntegra e integral (personas conscientes, competentes, compasivas y comprometidas), y animando a los estudiantes “a creer que existen unos valores y principios que merece la pena estudiar y defender”.

Concretamente a los estudiantes de Derecho pidió que se formen “no como individuos dotados de una inteligencia computarizada, sino de una inteligencia general que aplica las orientaciones a cada situación”.

“Dar consolación al mundo”

La eucaristía anterior fue presidida por el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, y concelebrada, entre otros, por Sanz; Miguel Campo, SJ, superior de la comunidad jesuita, Francisco Ramírez, SJ, decano de la Facultad de Teología.

Durante la homilía, el cardenal arzobispo de Madrid animó a los presentes a saberse “llamados a dar consolación al mundo haciéndonos próximos, con cercanía, compasión y ternura”. Y añadió: “En este nuevo curso, recordemos que el presente es tiempo de derramar el amor sobre el mundo, de testimoniar misericordia de Dios, de consolar –como el Espíritu– a los demás”.

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