América

‘La (nueva) pasión’ de Mel Gibson: atacar a la Iglesia postconciliar

El actor ha mostrado su apoyo en un vídeo a Carlo Maria Viganò y a la Coalición por los Sacerdotes Cancelados: “Las semillas de la erosión de la Iglesia se sembraron con las reformas del Concilio Vaticano II”





“La voz clamando desde el desierto de Malibú”. Así se habla de sí mismo el actor y director de cine Mel Gibson en un vídeo que ha enviado para mostrar su apoyo al ‘Rally y Rosario de Reparación’, organizada por la Coalición por los Sacerdotes Cancelados una asociación estadounidense nacida para sostener a curas que apoyan las prácticas preconciliares y que han sido amonestados por sus obispos.



“La Coalición por Sacerdotes Cancelados”, dice Gibson aparentemente sorprendido, “no es difícil creer que existe algo así, ya que personalmente conozco a algunos sacerdotes que han sido cancelados, y no por las razones que crees. No han cometido un atropello y se han dado a la fuga, ni malversaron fondos de la Iglesia ni robaron el vino del altar ni cometieron ningún crimen atroz. No”. “¿Quién les persigue?”, se pregunta, “Sus propios obispos”. Y es que, para Gibson, la “gran mayoría de los obispos” resultan ser “un grupo de hombres que simplemente se sientan a tolerar cualquier tipo de tontería, pero si uno de sus sacerdotes pronuncia algo que se asemeja a la ortodoxia, entonces ellos entran en acción, lo reprenden, lo intimidan y hacen todo lo posible para cancelarlo. Y triunfan”. 

Para el actor –repudiado de Hollywood tras años de reacciones violentas, condenas por violencia de género y un sinfín de comentarios homófobos y antisemitas– “esta situación es una injusticia y un tipo de martirio blanco”. Sin embargo, considera que “no es nada nuevo”, sino, a su entender, “síntoma de una enfermedad muy profunda que aflige a la Iglesia”. Y, en este punto, revela a otro de los grandes apoyos de estos sacerdotes “cancelados”: el arzobispo Carlo Maria Viganò, quien incluso les ha enviado una carta manifestando su total concordancia con las exigencias de este grupo. “Si alguien está familiarizado con las cartas del arzobispo Viganò, él dice que las semillas de la erosión de la Iglesia se sembraron con las reformas del Concilio Vaticano II”, asevera Gibson.

“Los obispos son unos mercenarios”

“Estoy de acuerdo con él. Incluso sugiere que descartemos todo y volvamos a hacerlo como se hacía antes”, continúa el actor. “No había nada mal que necesitara ser arreglado. Lo estaban haciendo bastante bien”, añade, refiriéndose a la Iglesia previa al Concilio Vaticano II. Además, relata brevemente su “propio encontronazo con los obispos”: “Recuerdo que cuando dirigí ‘La Pasión’ fui a la USCCB –Conferencia Episcopal Católica de Estados Unidos– para obtener apoyo para la película. Todos, excepto uno, me dieron la espalda”.

“¿Cómo podemos saber quiénes son buenos y malos?”, se pregunta Gibson. “Bueno, nos dieron un estándar para juzgarlos. Ya sabes, por sus frutos los conocerás. ¿Alguien ha visto algún buen fruto últimamente? Y yo soy un tipo bastante pecador. Quiero decir, soy tan venal como cualquiera, pero sé la diferencia entre un pastor y un asalariado”. Y es que, para él, “la gran mayoría de estos obispos son solo un grupo de mercenarios. Y, mi pregunta es, ¿quién les ha contratado? No creo que sea Jesús. ¿Será Francisco? ¿Quién contrata a Francisco? ¿Es Pachamama? Necesitamos mirar toda la institución. Y vuelvo a citar a monseñor Viganò al decir que él cree que hay una Iglesia falsa, creada para eclipsar a la real. Sugiere usurpación. Un crimen hecho desde dentro. Por supuesto, sabemos que las fuerzas del infierno no prevalecerán ante ella. La victoria es de Dios, no nuestra”.

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