La Conferencia Episcopal de El Salvador ha salido al paso de la realidad que está viviendo el país con un comunicado firmado este 12 de septiembre de 2021. Los prelados, en la celebración del Bicentenario de la Independencia de los países centroamericanos, esperan “contribuir a la paz social y a la serena convivencia del pueblo salvadoreño”.
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Aspirando a la justicia
Los obispos cuestionan que se viva en un “Estado de derecho y justicia pleno”, ya que han tenido “justicia y derecho por años negado, debido al ejercicio de prácticas ilegítimas e improcedentes como la corrupción, la impunidad, el nepotismo, el compadrazgo, la compra de voluntades, la mentira, la difamación, la calumnia”. Estas situaciones “han provocado miles de víctimas entre el pueblo salvadoreño entre las cuales se cuentan hermanos y hermanas humildes, sacerdotes y religiosas como nuestro Santo, Monseñor Oscar Arnulfo Romero y nuestros mártires, Padre Rutilio Grande, Fray Cosme Spessotto, Manuel Solórzano y Nelson Rutilio Lemus, de cuyos asesinatos jamás se hizo justicia”.
Para ello, reclaman “la depuración del sistema judicial, pero respetando el debido proceso”, ya que la última ley ha jubilado de golpe a todos los jueces mayores de 60 años. Algo que piden que se haga siguiendo el Derecho constitucional, “porque el fin no justifica los medios”. Además, apuntan que el cambio de mayoría de una orientación política por otro solo perpetuaría el ‘status quo’ “fundamentado en acciones contrarias al derecho y la justicia, cuyos frutos en consecuencia no serían en beneficio para nuestro amado país”.
Cambios de estructuras
“El Salvador necesita urgentemente un cambio de estructuras, pero ese cambio solo será posible si es realizado por hombres y mujeres con corazones nuevos”, apelan siguiendo la doctrina de la Conferencia de Medellín. “Solamente siguiendo este camino viviremos en paz”, sentencian en la nota.
Para el futuro, los obispos piden que no se produzca “un retroceso en cuanto a la defensa de la vida humana”, defendiendo “la vida desde su concepción hasta su muerte natural” y rechazando una reforma constitucional que permita el aborto o la eutanasia. También reivindican el “fundamento de la familia es el matrimonio, cuya función primordial es la transmisión de la vida, gracias a la natural complementariedad entre el hombre y la mujer; además, tiene la función de la educación de los hijos y la transmisión de la cultura”. También solicitan que se retire la ley que obliga al uso de moneda virtual o Bitcoin, pensando en los más humildes.