“De niños nos ponían las vacunas y nadie decía ni mú”, apuntó el papa Francisco, compartiendo que le resultaba “un poco extraño” la resistencia de algunos a recibir el suero cuando “tenemos una larga historia” de vacunaciones como la de la poliomielitis o el sarampión. Así respondió el Pontífice, en la rueda de prensa en el avión de regreso de Eslovaquia a Roma, al ser preguntado por la vacunación del coronavirus a los niños, sobre la que se mostró favorable.
“Quizás esto ha venido por la virulencia, la incertidumbre, no solo de la pandemia, sino también por la diversidad de vacunas y también por la fama de algunas vacunas, ‘que son otra cosa’, ‘un poco de agua destilada’. Esto generó miedo en la gente”, reflexionó.
Y continuó: “Después, otros que dicen que es un peligro porque con la vacuna entra el virus dentro. Muchas discusiones que han creado esta división”. “También en el colegio cardenalicio hay algunos negacionistas y uno de ellos, pobre, estuvo ingresado con el virus. Ironías de la vida”, ha afirmado en relación al cardenal Raymond L. Burke, aunque sin citarlo.
Con este titular de punto de partida, fue preguntado por más cuestiones por los periodistas en la habitual rueda de prensa. “¡Yo nunca he negado la eucaristía a nadie! A nadie”. Con esta contundencia el Papa respondió cuando se le puso sobre la mesa el debate de los obispos norteamericanos sobre prohibir la comunión al presidente Joe Biden por el respaldo de su Gobierno a las leyes abortistas.
“No sé si ha llegado alguno en estas condiciones, pero no, nunca, nunca he negado la eucaristía. Esto desde sacerdote”, comentó, a la vez que reiteró que “el aborto es un homicidio, sin medias palabras”.
En el mismo sentido, añadió: “Si vemos la historia de la Iglesia veremos que, cada vez que los obispos han gestionado, no como pastores, un problema, se alinearon en la vida política, en el problema político. Por no gestionar bien un problema se metieron en la cuestión política”. Más contundente, agregó: “Ya basta con la excomunión, por favor no metamos más excomunión a la gente, son hijos de Dios, están fuera temporalmente pero son hijos de Dios y quieren y necesitan de nuestra cercanía pastoral”.
El Papa ha dicho que le ha prometido al presidente de Hungría ver “el próximo año, o al otro, de ir” al país por una estancia más larga. Con estas palabras, Francisco, una vez más, disipa cualquier duda sobre una posible renuncia que ya dijo a COPE que jamás ha estado en su mente, pese a las continuas informaciones al respecto.
Sobre su reunión con el primer ministro de Hungría, Victor Orbán, preguntado por el corresponsal de El País, Daniel Verdú, Francisco ha afirmado que “el tema principal fue la ecología”. “El presidente me ha explicado, siempre el presidente –y no Orbán, ha puntualizado– la ley que tienen para ayudar a las parejas jóvenes a casarse y tener hijos”. Y “sobre la inmigración nada, no se ha hablado”, ha señalado.
Aunque ya ha hablado en varias ocasiones sobre el colectivo LGTBI, explicó una vez más su parecer sobre los derechos de los homosexuales: “He hablado claro sobre esto. El matrimonio es un sacramento de la Iglesia y no se puede cambiar, pero hay leyes que intentan ayudar a la situación de tanta gente de orientación sexual diferente y esto es importante. Que se les ayude, pero sin imponer cosas a la Iglesia que por su naturaleza no se pueden”.
Es más, subrayó que “si –una pareja gay– quiere llevar un vida juntos, los Estados tienen posibilidad de civilmente apoyarles, con el tema de la salud, de la herencia…”. “Son hermanos y hermanas y les tenemos que acompañar. Pero el matrimonio es claro”, apostilló.