Vaticano

La última sentencia de Benedicto XVI: “El ‘matrimonio homosexual’ es una deformación de la conciencia”





“Asistimos a una deformación de la conciencia que, evidentemente, ha penetrado profundamente en distintos sectores del pueblo católico”. Son palabras de Benedicto XVI en las que hace referencia a la unión de personas del mismo sexo, en el nuevo libro que se ha publicado hoy en Italia: un compendio de escritos del papa emérito sobre Europa, y, en el cual, se muestra contrariado por la aceptación legal del “matrimonio homosexual” en distintos países del continente.



En un adelanto del texto publicado por Il Foglio, Benedicto XVI afirma que le “parece importante observar que el concepto de ‘matrimonio homosexual’ está en contradicción con todas las culturas de la humanidad que se han sucedido hasta nuestros días, y significa una revolución cultural que se contrapone a toda la tradición de la humanidad”, afirma Joseph Ratzinger, si bien considera que “la concepción jurídica y moral del matrimonio y de la familia difiere extraordinariamente de la cultura del mundo”.

Y es que, para el papa emérito, en la sociedad actual “se pone en duda el hecho de que la existencia como hombre –en masculino y femenino– está orientada a la procreación, y que la apertura a la transmisión de la vida determina la esencia de aquello que llamamos matrimonio”.

Para Ratzinger, el origen de esta situación se encuentra en la “convulsión de esta certeza humana original” que se introdujo en el mundo cuando se creó la píldora anticonceptiva, que hizo posible “la separación de la sexualidad y la fecundidad”. “No se trata de la casuística, ni del cómo y el cuándo el uso de la píldora está moralmente justificado”, aclara, “sino de la novedad fundamental que significa: que todas las formas de sexualidad están equiparadas. Este nuevo mensaje ha transformado profundamente la conciencia de los hombres”.

“¿Quién es el hombre?”

Para Benedicto, a esto “le sigue un segundo paso: si la sexualidad puede ser separada de la fecundidad, entonces, al contrario, la fecundidad puede ser pensada sin la sexualidad”. De esta manera, ejerciendo una “fecundidad planificada”, se sustrae que “el hombre ya no es un don recibido, sino un producto planificado, hecho por nosotros”. “Por otro lado, aquello que se puede hacer se puede también destruir”, continúa. “En este sentido, la creciente tendencia al suicidio como fin planificado de la propia vida es parte integrante de la situación descrita”.

Por todo ello, el papa emérito considera que en la cuestión del ‘matrimonio homosexual’ “no se trata de ser un poco más abiertos”, sino de responder “a la pregunta ¿quién es el hombre? ¿Es una criatura de Dios?” o, por el contrario, “un producto que él mismo sabe crear”. “Cuando”, asevera, “se renuncia a la idea de creación, se renuncia a la grandeza del hombre, a su dignidad que está por encima de cualquier planificación”.

Finalmente, Benedicto vuelve a hacer hincapié en la idea de la naturaleza humana. “El movimiento ecológico ha descubierto el límite de aquello que se puede hacer y ha reconocido que la naturaleza establece para nosotros una medida que no podemos ignorar impunemente”, explica. “También el hombre tiene una naturaleza que le ha sido dada, y violarla o negarla conduce a la autodestrucción. Por esto, la creación del hombre como masculino y femenino es ignorada en el postulado del ‘matrimonio homosexual'”

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