La Iglesia católica está de acuerdo en que la cárcel no es una solución a la problemática de la mujer que aborta y más bien puede ocasionar su revictimización, pero no está de acuerdo con que se le quite la protección de la ley al ser humano en gestación.
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Esta es en síntesis la postura de la Iglesia en México, luego de que la semana pasada los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolvieran dos acciones de inconstitucionalidad: una, a favor de que en el estado de Coahuila no se penalice el aborto, y otra, en la que se determina que el Congreso del estado de Sinaloa no tiene facultades para proteger la vida humana en el vientre materno.
En entrevista para Vida Nueva, el obispo de Nuevo Casas Grandes, Jesús José Herrera Quiñónez, presidente de la Dimensión de Vida de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) habla sobre las consecuencias de ambos fallos, que han generado una gran división en la sociedad mexicana.
A decir del obispo, este es un momento crucial en el que la Iglesia católica no puede permanecer indiferente, por lo que llama a todos los católicos y personas de buena voluntad a no quedarse de brazos cruzados. “Hoy, como siempre lo ha hecho la Iglesia, estamos llamados a ser voz de aquellos que no la tienen“.
Un problema que requiere una solución integral
Para Herrera Quiñónez, el aborto es un tema complejo que se debe atender desde todos los ángulos que lo afectan, no solo desde el judicial. “Debe atenderse a la mujer que llega a la dramática situación de considerarlo, debe atenderse al hijo cuya vida se ve eliminada, debe atenderse el contexto que empujó a la madre a esa situación, y así sucesivamente”.
Así lo expresaron los obispos en su comunicado titulado “A favor de la mujer y de la vida”, donde llamaron a todos los actores sociales a que, fuera de un clima de polarización ideológica y sin apegos a posiciones políticas, se involucren en una nueva y profunda reflexión que permita encontrar un camino común de solución a “un problema multidimensional y multifactorial”, como es el aborto.
Ningún beneficio para la mujer
El obispo Herrera considera que los fallos de la SCJN no pueden traer ningún beneficio a la mujer; “al contrario -dijo– esta medida la perjudicará, sobre todo a su maternidad, pues “cualquier medida que lleve consigo la muerte de un ser humano no puede considerarse como positiva o deseable”.
“El vientre materno debería ser el lugar más seguro sobre la faz de la tierra, pues en él se gesta la vida humana; sin embargo, lo hemos dejado a la intemperie, lo hemos desprotegido y se ha abierto las puertas para que se dé el mayor genocidio en la historia de la humanidad”, señala.
Ahora bien –continúa– el aborto, no solo mata al hijo no nacido, sino que también pone en riesgo a la mujer con consecuencias biológicas, producto del aborto, y psicológicas, “pues con el aborto se rompen ciertas conexiones neuronales que van a dañar a la mujer por mucho tiempo. Si realmente nos preocupa la mujer, ofrezcamos opciones de vida y no de muerte“.
Quiero decirles que los obispos “lamentamos profundamente que frente a la aparente disyuntiva sobre no criminalizar a la mujer que aborta y preservar la vida del concebido no nacido, la Corte haya optado por descartar al segundo, sin buscar la salvaguarda de ambos.”
La respuesta de la Iglesia
Ante esta situación, el obispo dice que la Iglesia ya está llevando a cabo una serie de acciones concretas para que los fieles tomen conciencia de lo que implica atentar contra la dignidad humana y los derechos fundamentales de toda persona, desde el momento de su concepción hasta su muerte natural, en concreto su derecho a vivir.
Adelantó que, a iniciativa de algunos fieles, se llevará a cabo una marcha nacional a realizarse el 3 octubre. “Los obispos hemos analizado esas iniciativas y las apoyaremos, para que -siempre dentro de la ley- se manifiesten los fieles y puedan ejercer su derecho para dar soluciones reales a problemas complejos.
Confió en que la Corte recapacite y busque la manera de preservar la dignidad de la mujer sin enviarla a la cárcel, y simultáneamente mantener protegida legalmente la vida del hijo en gestación.
Finalmente, Jesús José Herrera Quiñónez insistió en que la Iglesia, como madre y maestra de humanidad, está a favor de la mujer y de la vida.
“México dice ¡Sí a la vida! No tengamos miedo de remar mar adentro y poner todos los medios lícitos a nuestro alcance para defender y proteger la vida tanto de la madre como de su hijo por nacer. Nos ponemos bajo la protección de nuestra Madre, la Virgen de Guadalupe, custodia de la vida, para que nos ayude a descubrir y a proteger el don de la vida”.