“Tenemos el reto apasionante de vivir y transmitir la alegría de creer en Dios, de acoger y celebrar su amor; la alegría de vivir la fe en fraternidad, en Iglesia; la alegría de practicar la solidaridad y de abrazar la cruz por amor a los que sufren; haciendo nuestros, en cada acción catequética, celebrativa o caritativa-social, los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, sobre todo de cuantos sufren”. Así se ha dirigido José Antonio Satué a los fieles de la diócesis de Teruel y Albarracín durante la ceremonia de su ordenación episcopal, presidida por el cardenal arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella.
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“¡Adelante, afrontemos esta misión con confianza! Este Obispo os fallará tarde o temprano, pero Dios nunca defrauda. Sólo Él es nuestra esperanza”, ha añadido el nuevo prelado, que ocupa la sede vacante de la diócesis desde que el anterior obispo de la misma, Antonio Gómez Cantero, fuera trasladado a la Diócesis de Almería como coadjutor de la misma.
El primer saludo de Satué como prelado ha sido una expresión de “ánimo y cercanía” a un sacerdote de la Diócesis que, en estos días, “está luchando con todas sus fuerzas contra la Covid 19”. “Os pido una oración por él, por los enfermos, por sus familias y cuidadores, por los que han muerto a causa de la pandemia y por el personal sanitario, que tanto empeño y profesionalidad viene derrochando, sobre todo durante este largo calvario que venimos sufriendo”, ha dicho el obispo.
Crear comunión
A los fieles de Teruel y Albarracín, por otro lado, les ha pedido “oración para que nuestro Padre Dios me dé fortaleza, sabiduría y amor, para ser el buen pastor que Él desea y vosotros queréis”. “Durante las últimas semanas”, ha relatado, “este pobre pecador ha estado en el engañoso candelero de la actualidad. Como en el caso del Bautista, conviene que yo mengüe, para que crezca y se manifieste con más fuerza el amor de Cristo en el rostro y en la vida de cada cristiana y de cada cristiano de esta tierra. Os pido que recéis, para que así sea. Gracias porque estoy seguro de que lo haréis”.
Durante su homilía, Omella ha dirigido unas palabras al nuevo obispo. “¿Por qué el Señor te elige a ti, por qué nos elige a nosotros para ser pastores, para ser padres de familia cristianos, para ser catequistas, misioneros, para ser evangelizadores en medio de nuestro mundo? Sencillamente porque Él nos ama y cuenta con nosotros para llegar a todos los demás”, ha explicado el cardenal. “Cuenta con nuestra pequeñez y nuestra pobreza a fin de que, de esta manera, se manifieste la grandeza de Dios”.
“Por eso, nuestra oración, tu oración, hoy y siempre, es y debe ser una oración de acción de gracias, porque el Señor te mira con amor y te confía una porción de su pueblo para que actúes en medio de la comunidad como padre amoroso y servidor de la comunión y de la paz, que guía hacia la meta que es Cristo“, ha aseverado el purpurado, para quien “una de las tareas más hermosas, aunque duras de llevar a cabo”, que tendrá Satué como nuevo obispo “es la de crear comunión”.
“Nuestra sociedad está crispada y dividida. Le cuesta vivir la unión, la comunión. Y el obispo está puesto en medio del pueblo, en medio del presbiterio, en medio de la comunidad cristiana para propiciar la comunión. Y eso cuesta”, ha explicado, añadiendo que “eso lleva, a veces, a tener ganas de tirar la toalla porque los frutos son eximios. Pero la tarea principal del obispo es vivir y fomentar la espiritualidad de comunión porque sin comunión no hay verdadera evangelización”.