Las recientes resoluciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de México (SCJN) con relación al aborto, han desatado fuertes críticas tanto de la Iglesia Católica como de la sociedad civil, mismas que una vez más se unen para convocar a una megamarcha el próximo 3 de octubre sobre avenida Reforma en la Ciudad de México.
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Las dos últimas semanas los ministros de la SCJN resolvieron dos acciones de inconstitucionalidad: una a favor de que en el estado de Coahuila no se penalice el aborto, y otra, en la que se determina que el Congreso del estado de Sinaloa no tiene facultades para proteger la vida humana en el vientre materno.
En otras ocasiones el binomio Iglesia-sociedad civil ha convocado a manifestaciones masivas ante las decisiones del poder legislativo, siendo una de las más importantes la de septiembre de 2016, cuando alrededor de 400 mil personas en la Ciudad de México y 1 millón 400 mil a nivel nacional -cifras del Frente Nacional por la Familia– manifestaron su rechazo en contra del “matrimonio igualitario”.
La Iglesia se suma a la convocatoria
En esta ocasión, la concentración será coordinada por Marcial Padilla González, director de la organización ‘ConParticipación‘, pero cuenta con el apoyo de la Conferencia del Episcopado Mexicano a través de la Dimensión Episcopal de Vida.
Como adelantó a Vida Nueva, el obispo de Nuevo Casas Grandes, Jesús José Herrera Quiñonez, responsable de la Dimensión Episcopal de Vida de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), esta marcha es parte de las acciones en las que participa la Iglesia para que los fieles tomen conciencia de lo que implica atentar contra la dignidad humana y los derechos fundamentales de toda persona, desde el momento de su concepción hasta su muerte natural.
“Los obispos hemos analizado esas iniciativas y las apoyaremos, para que -siempre dentro de la ley- se manifiesten los fieles y puedan ejercer su derecho para dar soluciones reales a problemas complejos, dijo.
Una convocatoria nacional
A través de una carta firmada tanto por el obispo Herrera Quiñónez como por el presidente y el secretario general de la CEM, Rogelio Cabrera y Alfonso Mirada, respectivamente, la Dimensión Episcopal de la Vida explicó que diversos laicos de distintas organizaciones sociales, católicos y no católicos, se han acercado al episcopado para proponer una presencia masiva en la Ciudad de México con el fin de manifestar el aprecio y la protección de la vida humana de la mujer y de su hijo en toda circunstancia.
“Vemos con agrado las numerosas acciones y manifestaciones que se han dado en todo el país, y animamos a los laicos a seguir haciéndolo (…) Como pastores estamos llamados a acompañar, impulsar y respaldar las acciones de nuestros fieles de tal manera que esta concentración de miles de hombres y mujeres -dentro del marco de la ley- sea una expresión nacida desde la fe hecha caridad a favor de soluciones reales a las necesidades de la mujer y su dignidad, al mismo tiempo que se hace visible y se respeta la integridad del derecho a la vida del hijo o hija en gestación“.
A favor de la mujer y de la vida
La concentración forma parte de una campaña que lleva como título: “A favor de la mujer y de la vida”, y reunirá a organizaciones sociales de todo el país, por lo que la CEM exhortó a los obispos y sacerdotes a que en las misas dominicales y por otros medios que se consideren oportunos, se invite y se anime para que el mayor número posible de personas acuda, dándoles las facilidades para que puedan asistir.
Herrera Quiñónez ha insistido en que la Iglesia católica está de acuerdo en que la cárcel no es una solución a la problemática de la mujer que aborta y más bien puede ocasionar su revictimización, pero rechaza tajantemente que le “quite la protección de la ley al ser humano en gestación”.
Considera que “el aborto es un tema complejo que se debe atender desde todos los ángulos que lo afectan, no solo desde el judicial. Debe atenderse a la mujer que llega a la dramática situación de considerarlo, debe atenderse al hijo cuya vida se ve eliminada, debe atenderse el contexto que empujó a la madre a esa situación, y así sucesivamente”.
Los obispos confían en que la Corte recapacite y busque la manera de preservar la dignidad de la mujer sin enviarla a la cárcel, y simultáneamente mantener protegida legalmente la vida del hijo en gestación.